Huesca

MOVILIZACIONES

Los cocineros escolares piden mejorar sus condiciones ante una sobrecarga que ha llegado al "límite"

Hay colegios que llegan a dar 350 comidas sin que se cumplan las ratios y San Vicente ha recurrido este miércoles al cáterin por falta de sustitutos

Cacerolada de cocineros escolares y familias de alumnos.

Cocineros de colegios de 23 localidades altoaragonesas han reclamado la tarde de este miércoles mejoras en sus condiciones laborales, toda vez que han llegado al límite de su aguante debido a la falta de plantilla, con centros en los que se llegan a dar 350 comidas diarias entre un cocinero, un ayudante y dos auxiliares. La ausencia de sustitutos ha sido otra de las demandas centrales y este mismo miércoles se ha evidenciado cuando los dos trabajadores del comedor de San Vicente (Huesca capital) han caído enfermos y se ha tenido que recurrir a un servicio de cáterin ante la falta de reemplazos.

Unas 200 personas han arropado a los cocineros escolares en su concentración en la plaza Navarra, a la que han acudido cocineros de Huesca ciudad, Fonz, Hecho, Fraga, Gurrea de Gállego, Castejón de Sos, Tardienta, Almudévar, Ayerbe, Tierrantona, Binéfar, Monzón, Barbastro, Tamarite, Aínsa, Boltaña, Torla, Broto, Benasque, Sabiñánigo, Sariñena, Grañén y Jaca, así como de otras 9 localidades de las provincias de Zaragoza y Teruel. Siguen así las movilizaciones que ya hubo en la capital aragonesa.

Pedro Sánchez, cocinero del colegio oscense Pío XII, ha recordado a los medios de comunicación que este sector lleva 16 años sin convenio -que se negocia ahora- y que sus reivindicaciones siguen siendo las de "siempre": condiciones "justas" y "dignas" de trabajo, "que son las ratios"; sustituciones que puedan ser "rápidas y efectivas", un contrato laboral "digno, como el de todo el mundo", y el reconocimiento de las funciones que hacen.

"Ahora mismo no hay ratios"

Uno de los grandes problemas son las ratios, el número de comensales por trabajador. Sánchez ha asegurado que "ahora mismo no hay ratios" y que no se cumplen ni las que aprobó el Ministerio de Educación en 1992, de un cocinero y un ayudante por cada 100 alumnos. "Pero en estos momentos hay compañeros que están 5 horas dando 150 comidas", ha añadido.

Federico Valencia, cocinero del Colegio Juan XXIII, ha explicado que en su centro trabajan el cocinero, un ayudante y dos auxiliares para dar unas 350 comidas diarias y la sobrecarga de trabajo puede afectar a la calidad. "Si no puedes llegar a todo, haces lo que puedes y estamos en una situación en la que si te pones malo, no te sustituyen y tu compañera se queda sola. Un maestro se pone enfermo y tiene sustitutos. Somos los ciudadanos de segunda de la DGA", ha indicado.

Sánchez y Valencia han hecho énfasis en las diferencias con los comedores de décadas pasadas. Ahora, hay muchos más menús especiales por alérgicas, intolerantes y otros regímenes, lo que también acarrea más trabajo y responsabilidad, porque dar un alérgeno a alguien alérgico puede tener consecuencias muy graves.

La concentración ha contado con la música de Gaiters de Tierra Plana y una chocolatada para los asistentes.