Huesca

Raquel Lozano: “Puede ser un problema que los bebés paseen en carrito con una tablet”

La investigadora oscense es profesora en el área de psicología evolutiva y doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad de Zaragoza.

Raquel Lozano: "Los adolescentes buscan unos sentimientos de pertenencia a un grupo"
Raquel Lozano.
S.E.

La investigadora oscense Raquel Lozano es profesora en el área de psicología evolutiva y doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad de Zaragoza. Sus líneas de investigación versan sobre el uso de la tecnología en adolescentes, y más concretamente sobre la adicción de estos dispositivos. Maestra de Educación Primaria e Infantil, ofrece una visión integral sobre la interrelación entre el entorno digital y la infancia y adolescencia.

Cada generación viene marcada por un contexto histórico que define rasgos conductuales, valores y creencias comunes. El uso de dispositivos digitales desde muy temprana edad definen a las generaciones alpha y Z. ¿Cuáles son esos cambios que les distingue?

—Las nuevas generaciones perciben las redes sociales como un espacio más de interrelación humana. Es decir, para ellos no son herramientas para relacionarse, es un espacio real. Y esto implica que las redes sociales tengan un componente cultural.

Las familias utilizan cada vez más los móviles y tablets para la crianza de sus hijos. Estos recursos favorecen el entretenimiento y aprendizaje, además de “dar un respiro” a los progenitores pero, ¿Cuáles son sus riesgos?

—Las familias milleanials actuales emplean las redes sociales como YouTube en calidad de instituciones concha. Esto es, la tecnología al servicio y cuidado de las personas. Esto ya sucedía en los años 90 con los conocidos niños llaves. Ahora bien, es muy fácil devolver la patata caliente a las familias. Tenemos que entender que la conciliación es complicada y que la maternidad está romantizada. Es por ello, que una madre no debería sentirse mala madre porque en un restaurante quiera estar 15 minutos hablando con otros adultos y le ponga la Patrulla Canina a sus hijos. Si bien, puede ser un problema que los bebés paseen en carrito con una tablet. El niño por su desarrollo evolutivo, prefiere la interacción humana hasta los 5-6 años. Es decir, el niño prefiere jugar y divertirse con otros niños en el parque hasta esta edad. Más tarde empiezan a tener mayores preferencias por lo tecnológico. Esto genera dificultades sociales.

¿Cuáles son las consecuencias directas en el terreno de la socialización?

—Si un niño permanece muchas horas conectado a redes sociales, es tiempo que no realiza otra tarea. Por ejemplo, si nosotras nos especializamos y pasamos 8 horas cascando nueces, tendremos una atención selectiva brillante para concretarnos en nuestra tarea y cuando llegue la Navidad, seríamos las encargas familiares de cascar nueces. Si nuestros niños pasan muchas horas jugando en RS aprenden una serie de competencias.

Por ejemplo, la atención dividida la van a tener muy desarrollada, esto es, la capacidad de estar pendiente de muchas cosas a la vez, lo que se conoce como multitasking. Si pasan mucho tiempo viendo contenidos, la zona visual del cerebro se desarrolla en gran medida y adquieren unas competencias increíbles en reconocer elementos visuales. Es decir, si los ponemos a jugar a ¿Dónde está Walley? Encuentran a Walley rápidamente. Pero, ¿están adquiriendo habilidades sociales con sus iguales? ¿Están aprendiendo a gestionar la frustración de tener que esperar en una fila? ¿Aprenden a resolver conflictos con sus compañeros? Estas competencias que son esenciales y que implican una reflexión crítica no son trabajadas.

¿Qué repercusiones tiene el uso excesivo de la tecnología durante la infancia en la capacidad de atención?

—La atención es una de las funciones ejecutivas más importantes para el rendimiento académico y el desarrollo profesional. Si bien, esta no se trabaja en las redes sociales. Sin embargo, existen muchas aplicaciones con juegos que pueden trabajarla. El hecho es que por sí misma las redes sociales como YouTube no refuerzan la atención.

¿Qué papel juegan las redes sociales en el desarrollo de la personalidad de los adolescentes?

—Para ellos las redes sociales son un mundo real, donde todo lo que ocurre tiene consecuencias reales. Los adolescentes tienen un sentido de pertenencia al grupo. Además, quieren ser como el grupo, es más importante la visión de unión que el elemento individual. Esta situación que es natural y evolutiva a la etapa, se traslada a las redes sociales. Así que la máscara de pestañas que podríamos empezar a ver en 3º de la ESO, y que se vuelve una moda se traslada a filtros en TikTok. Para ellos, vestirse igual, tener el mismo estilo forma parte de su identidad adolescente. El problema viene cuando el algoritmo de las RS los coloca dentro de una especie de cámara que solo ofrece esa visión del mundo. Así, que, si tenemos a una adolescente preocupada por no cumplir un canon físico de belleza, y que busca en RS cómo adelgazar, va a acabar recibiendo vídeos de conductas de purgas o restricciones de comida. De esta forma, si ella ya estaba angustiada va a recibir información con esa misma visión. Es decir, la adolescente, al final una cantidad ingente de vídeos que refuerzan un Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA).

Los sociólogos Richard Wohl y Donald Horton acuñaron el término interacción parasocial para referirse a la pseudo-relación que se genera entre los usuarios y personajes célebres a través de los medios. ¿Cómo se genera este vínculo tan fuerte?

—Los usuarios empatizan con influencers que los ven semejantes a ellos. El éxito es ser divertido, alegre, y que se vea alcanzable. Es decir, una persona normal que comparte su vida y que podría ser tu amigo. Y es allí justo cuando surge el problema. Cuando se establece que ese gamer, o tiktoker que te envía corazones o te dice gracias a un comentario, lo sientes como un buen amigo. Porque, además, ¿qué probabilidad de discutir existe con amigos solo de RS? Si nunca los vemos, si sólo son amigos para mandar likes o cargar stories ¿vamos a discutir?

Ahora bien, del mismo modo que estos influencers captan la atención de adolescentes, otros también lo logran para realizar importantes labores de divulgación científica o de apoyo social como por ejemplo Sol Carlos, Los hermanos Boisset que se encuentran comprometidos por el medio ambiente.

Coincide que los perfiles más seguidos pertenecen a personas que muestran el plano más personal de su día a día ¿cuál es el elemento que engancha a los jóvenes?

—La cotidianidad y la naturalidad junto a elevadas dosis de humor. A las personas nos gusta reírnos y nos gusta saber de la vida del resto, pero solo como cotilleo, no como una preocupación o responsabilidad. Aunque, todo buen influencer incorporará alguna dosis de “salseo” o “drama”, es decir, situaciones negativas que les han pasado y les ha afectado. Si no, ¿cómo podrían mantenerse programas como la Isla de la Tentaciones, Sálvame, First Dates oPesadilla en el paraíso? Ahora, ya no solo están estos programas sino que tenemos a los influencers con sus rutinas.

¿A qué hacemos referencia cuando hablamos de la famosa “generación de cristal”?

—Todas las generaciones nuevas han sido previamente criticadas por las anteriores. Esto es un elemento que arrastramos desde Roma. “Los jóvenes de hoy en día ya no son lo que éramos, nosotros…” Bueno, esta visión sabemos que más de 2.000 años tiene. La generación de cristal es un término que hace referencia a piel sensible. Es decir, a una queja o lloro constante de absolutamente todo, especialmente de condiciones laborales. La visión que los Z compartimos, hace referencia a que nosotros en efecto nos quejamos y le otorgamos importancia a la salud mental.

¿Qué cuestiones deben considerar los futuros educadores para paliar estos efectos negativos?

—El uso de las tecnologías debería formar parte del curriculo escolar, trabajarlo como un contenido educativo más.