Arcadia Forestal inicia su andadura por Gratal

Arcadia pone en marcha una nueva línea de negocio cumpliendo el objetivo principal de la entidad oscense de formar y dar empleo a personas con enfermedad mental grave. Se trata de Arcadia Forestal, un taller especializado en trabajos agrestes, es decir, se encarga de las labores propias de una cuadrilla forestal, desde la limpieza de caminos, hasta la tala de árboles, pasando por la preparación de la madera para leña.

Roberto Satué, responsable de este nuevo proyecto de Arcadia revela que esta idea surgió de “la necesidad de un particular que tiene una finca, con mucho trabajo forestal por delante, que debía de reacondicionarla y limpiarla para poder meter el ganado”. De este modo, explica el responsable de Arcadia Forestal que “hablando con él me preguntó si conocía un equipo para este trabajo y pensé en nosotros, en Arcadia, porque podemos formar buenos equipos”, “y en eso estamos”, apostilla.

Arcadia Forestal ha comenzado su andadura en “una finca que se extiende por la ladera sur de Gratal y parte de la zona norte de la misma, una zona perteneciente al municipio de Lierta”, apunta el responsable de esta iniciativa, quien indica que “el comienzo ha sido más bien como un proyecto piloto para ver si Arcadia Forestal puede salir adelante”. Y lo está haciendo con un resultado excelente, ya que desde Arcadia relatan que se ha logrado poner en marcha en poco tiempo. “La propuesta surgió en mayo de este mismo año y se comenzó en octubre, porque es desde octubre hasta marzo cuando mejor se pueden hacer este tipo de trabajos, y para volver a empezar en octubre del 2023”, comenta.

Claro que Arcadia tiene la vista puesta en 2023 y en más adelante, porque este es una iniciativa con futuro ligada a su misión de acompañar a las personas con enfermedad mental grave en su nuevo proyecto de vida, empezando por el trabajo, ya que sigue habiendo una tasa entre el 75 y el 80 por ciento de desempleo. Saben que “aquí hay trabajo para largo, tanto en esta finca como en otras para lo cual podemos ir formando más cuadrillas expertas”, aclara Satué.

Equipo preparado

El equipo de trabajo lo conforman cinco personas, “de las cuales, tres, siempre estamos en el trabajo”, puntualiza, y revela que se compone de “dos monitores, un operario contratado y dos usuarios del centro que se van turnando para que el trabajo no les queme físicamente porque se trata de una labor muy dura”.

A este respecto, indica el responsable del equipo que se ha preparado a estas personas minuciosamente, “ha sido muy poco a poco, aprovechando los conocimientos previos de los monitores, incidiendo en el tema de la seguridad, en el mantenimiento y manejo de las máquinas, aunque, de momento, lo que desempeñan los usuarios del taller, casi siempre, son trabajos auxiliares, la idea es que se puedan incorporar al trabajo, pero con mucha precaución”, advierte.

Por otro lado, cabe destacar que el beneficio de este proyecto es doble. Por un lado, para los usuarios a los que esto les supone un nuevo reto que, aunque es más duro que otros, nos hemos sorprendido mucho de lo bien que se han adaptado todos los que han subido. Por otro lado, para el monte: “Tras el verano de incendios, es importante que los caminos estén viables y no haya maleza en exceso”, dice Satué.