Huesca

Jaime Esparrach: “La digitalización de los servicios va dejando fuera a personas en vulnerabilidad”

El secretario general de Cáritas Huesca, Jaime Esparrach, hace balance del 2022, en el que la recuperación se ha truncado por Ucrania y la inflación

Jaime Esparrach, secretario general de Cáritas Huesca.
Jaime Esparrach, secretario general de Cáritas Huesca.
Cáritas

¿Qué balance hacéis del año 2022?
Podríamos valorarlo en diferentes perspectivas. Que las restricciones sanitarias ya no estén presentes nos ha permitido recuperar a buena parte del voluntariado, que ha estado inactivo durante gran parte del tiempo debido a ello. Además, nos ha facilitado toda la intervención directa de todo tipo.

Sin embargo, ha sido un año en el que el número de personas en situación de vulnerabilidad no se ha reducido. No ha sido un buen año. Aquella recuperación que parecía venir por el final de la pandemia no se ha consolidado porque después ha venido la guerra de Ucrania y el alza de precios que ha hecho que muchas personas no hayan podido mejorar su situación. Estamos atendiendo a un número de personas muy similar al del año pasado. Hablamos de unos 1.700 hogares, y todo ello a través de los 37 proyectos con un trabajo intenso de acompañamiento. No ha sido un año para lanzar cohetes. Ha sido un año de continuidad, en el que parecía que íbamos a recuperarnos, pero que no ha sido así

¿Cuáles son las mayores problemáticas que encontráis actualmente?La primera barrera, que es enorme, es el precio de la vivienda. No hay un parque de vivienda social que permita responder a las necesidades de las personas vulnerables. No hay una respuesta pública que permita acceder a viviendas de bajo coste. Al final, la gente termina recurriendo al mercado libre, y eso supone tener que enfrentarse a precios muy altos en una ciudad como Huesca, en la que casi para cualquier cosa los 500 euros son habituales. Para una familia con 700 u 800 euros de ingresos o a veces con los 429 que se tiene por algún subsidio, lógicamente no es una realidad sostenible.

El Gobierno de Aragón tiene una bolsa de vivienda que está saturada, a la que muchas personas no pueden acceder. Eso termina obligando a las personas a aceptar situaciones muy dolorosas como el alquiler de habitaciones para familias enteras o incluso el asentamiento en viviendas que no reúnen las condiciones mínimas de habitabilidad.

Solo en ayudas directas a situaciones de primera necesidad, hablamos de más de 280.000 euros los que hemos destinado el año pasado. De ese dinero, el 70 % ha ido dedicado a problemas de la vivienda, pues sigue siendo el problema más gordo. El aumento de precios del alquiler de viviendas sigue siendo una dura realidad, por lo que a las personas les cuesta mantener la vivienda. Y como no podía ser de otra forma, el otro elemento que ha subido de manera muy significativa es todo lo relacionado con suministros del hogar, todo lo que tiene que ver con el gas, la luz, etcétera.

¿En qué se está centrando Cáritas actualmente?Además de todo lo mencionado con anterioridad, el medio rural. 2022 ha sido el año en el que hemos podido lanzar nuestro proyecto en el territorio rural, apostando especialmente por el trabajo de atención directa y desarrollo de grupos parroquiales en el mundo rural, con gente muy implicada y mucho voluntariado. Ha sido muy significativo para nosotros, principalmente el hecho de que hayamos podido conformar nueve grupos de ayuda en el territorio rural es una alegría y algo muy a destacar.

¿Cuánto han cambiado las necesidades desde hace 10 años hasta ahora?El cambio más sustancial ha venido dado por el cambio en el modo de vida. Hace 10 años no nos planteábamos que la gente en situación de pobreza pudiese sufrir exclusión por el hecho de haber una brecha digital. Vemos que la digitalización y modernización de todos los servicios y administraciones va dejando fuera a muchas personas en situación vulnerable, y un ejemplo claro son las ayudas del Gobierno de 200 euros para situaciones vulnerables que solo se pueden obtener mediante certificado electrónico. Esto era impensable hace 10 años. Lo mismo ha pasado con el Ingreso Mínimo Vital. La necesidad de gestión electrónica hace que mucha gente quede fuera. Y aunque es verdad que por otra parte nos encontramos facilidades fruto de esta modernización para ayudar a las personas, muchas personas que sufren este problema se siguen quedando fuera.

También hemos notado otros cambios como la dificultad para acceder a una vivienda por medio de un alquiler, que es algo que ha crecido desde la salida de la crisis del 2008. Creo que ahora vivimos en un momento similar de burbuja en lo que se refiere al precio. Va subiendo y hay un límite que se va a acabar rebasando en cualquier momento. La razón está en que empezamos a ver que la gente consigue acceder, pero al poco tiempo no se puede permitir pagarla. Eso, al final nos abocará a problemas porque no se pueda recurrir a una vivienda sostenible.

El paso de los años también ha traído algo positivo...Como es la posibilidad de acceder a nuevas prestaciones. El Ingreso Mínimo Vital impuesto ha permitido un mínimo de subsistencia para muchas familias y personas. Todavía no llega a todo el mundo más vulnerable, pero ha generado una fuente de subsistencia para familias en gran vulnerabilidad.

Estos cambios nos han hecho entender que debemos trabajar mas en la capacitación de las personas para que salgan adelante, al igual que formarles en base a las nuevas tecnologías para que puedan acceder a cualquier empleo, ya que hoy en día es absolutamente necesario. Tenemos claro que nuestro trabajo pasa por una incidencia hacia las administraciones para que entiendan que las personas más vulnerables deben estar en la primera línea de su agenda política y de su prioridad.

¿Cómo habéis asimilado desde Cáritas tanto cambio?A nivel institucional, el mayor cambio que hemos experimentado es el de la debilidad de Cáritas en lo que se refiere a la generación de ingresos. La covid nos trajo el encierro, pero también el cambio en muchos modelos de participar y colaborar para mucha gente. Estamos viendo que nuestros ingresos a través de colaboraciones y aportaciones ha ido bajando en los últimos años. Las subvenciones públicas también han ido bajando, con la debilidad que supone todo ello para nuestra entidad a la hora de poder asegurar una respuesta a quienes la necesitan. Por eso pedimos que nos apoyen para seguir ofreciendo apoyo a otros. Nuestra labor requiere de un compromiso para poder salir adelante y responder a las situaciones de exclusión.

¿Huesca es solidaria?Hay vocación al compromiso solidario. El problema es la continuidad. Tenemos una respuesta solidaria ante las situaciones puntuales que surgen, pero nos cuesta tener una continuidad en esa respuesta, y eso genera que aunque la gente tiene un sentimiento positivo hacia el trabajo frente a la pobreza, tiene que dar un paso más. Puede hacerlo siendo voluntario, haciéndose socio y colaborar económicamente para que se mantenga. Yo estoy convencido de su actitud. Todo el mundo tiene a su alcance la posibilidad de ayudar con un impacto. Cáritas es un espacio donde se puede hacer.

¿Qué le pedís a este año 2023?Le pedimos un mayor desarrollo de políticas vinculadas a la vivienda, que cambie y dé una respuesta real. Esperamos también que se dé más opciones en lo que se refiere a empleo. Si consiguen trabajo, es una gran herramienta para poder dejar atrás su situación de vulnerabilidad. Como Cáritas, además, le pedimos al 2023 un refuerzo de nuestra actividad, y eso supone la incorporación de voluntarios, colaboradores y empresas que quieran participar en este proyecto. Cáritas tiene que seguir siendo un espacio que ayude a las personas y que las integre en la sociedad.