El lenguaje y el acompañamiento, fundamentales contra el cáncer

El cáncer es una enfermedad con la que toda la sociedad debe convivir día tras día, ya sea de forma personal, a través del cuidado de amigos o familiares o de conocerlo por parte de otras personas. Sin embargo, es un hecho constante que el lenguaje se ha convertido en un pilar fundamental para el acompañamiento de quienes se encuentran en una situación tan complicada y convulsa.

Laura Rojas-Marcos, reconocida doctora en Psicología Clínica y de la salud y psicoterapeuta, explica la importancia de “saber reconocer y afrontar la gestión de los cambios, la incertidumbre y el mundo volátil en el que vivimos”. Durante la última semana ofreció una charla en Huesca -organizada por la Asociación Española Contra el Cáncer- a pacientes, sanitarios y familiares habituados a afrontar la dura enfermedad del cáncer, mostrándoles así el apoyo que “todo el mundo debería tener para poder pelear día a día”.

Rojas destaca que “adaptarse a los cambios que surgen de manera muy rápida puede ser una fuente de estrés muy alta, sobre todo para pacientes oncológicos que están en un proceso de tratamiento y tienen que convivir con unos cambios complejos”. Se trata de elementos que se condensan en “esa adaptación al cambio” y que para gestionarlo mejor “se puede llevar a cabo mediante hábitos saludables, estrategias de afrontamiento, aprender a tomar decisiones, a priorizar o a crear un plan de acción teniendo un propósito”.

Todo ello “sin olvidar la importancia de aprender a comunicarnos tanto con los demás como con nosotros mismos”, recalca. En ese sentido, el lenguaje es un pilar básico para reconfortar y acompañar a quienes lo necesitan, sobre todo en el ámbito de la oncología, medicina y salud. Así, Laura Rojas entiende que “los sanitarios tenemos que ser delicados, considerados y empáticos a la hora de hablar con pacientes, principalmente cuando tenemos que dar una mala noticia”. “El poder del lenguaje es esencial. Mientras que, por un lado, es importante llamar las cosas por su nombre, también lo es no caer en el sincericidio, ya que a veces hay personas que caen en esa comunicación tóxica mediante la que dicen todo lo que piensan sin tener en cuenta los sentimientos de las personas”, señala. A ello añade que “tiene el poder de curar, acompañar, apaciguar. Pero también de herir y destruir”, un hecho del que muchas veces la sociedad no es consciente. Además del lenguaje como estrategia para afrontar el estrés, el acompañamiento se encuentra a la misma altura o incluso en un rango mayor de importancia, “y es por eso por lo que admiro tanto a la Asociación Española Contra el Cáncer, algo que hace siempre y muy bien”. Relata además que “todos en un momento dado nos podemos asustar, sentir ese vértigo emocional, miedo”, una situación que “te hace cuestionarte, revisar las preguntas que te surgen y ahí está la clave en saber gestionar ese ‘no sé’”. Laura Rojas concluye con la gestión de las metas a corto, medio y largo plazo, “el dividir y estructurar el tiempo en diferentes etapas también ayuda a digerir y procesar un diagnóstico complicado”. Con el acompañamiento de los sanitarios, familiares y demás seres queridos, el paciente puede encontrarse en una situación de mayor comodidad: “Quizás no podemos hacer desaparecer ese sufrimiento, ese dolor físico y emocional, pero cuando alguien nos acompaña, el dolor se procesa mejor”.