A partir del 1 de marzo los centros de salud estrenarán una nueva organización. Las agendas de los médicos de familia se limitarán a 35 pacientes diarios mientras que las de pediatría lo estarán en 28. Además, la carga burocrática para bajas y recetas ya no recaerá solo en estos facultativos y habrá consultas de apoyo en algunos de estos ambulatorios para responder al exceso de demanda, a petición de los coordinadores médicos y previa autorización de la dirección médica de cada sector.

El gerente del Salud, José María Arnal, y el responsable de Atención Primaria y Hospitales del Salud, Javier Marzo, dieron a conocer ayer estas y otras medidas ratificadas por la mesa sectorial de Sanidad de este pasado viernes, como consecuencia de un preacuerdo alcanzado el 19 de enero de 2023 para la desconvocatoria de huelga convocada en Atención Primaria por los Cesm y Fasamet.

El acuerdo anunciado ayer hace mención exclusivamente a la Atención Primaria y contempla unos cambios que tienen por objetivo “evitar las demoras” en este nivel asistencial, aunque su aplicación “no va a ser fácil” por su complejidad. Javier Mazo se encargó de desgranar las medidas acordadas, que se iniciarán con la aligeración de los trámites que afronta este nivel asistencial.

Precisamente este martes, 28 de febrero, se publicarán en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) las instrucciones para la reducción de la carga burocrática de las actividades “clínico administrativas” en el ámbito de Primaria.

De esta forma, se regulan las bajas médicas de pacientes ingresados, que correrán a cargo del médico responsable del paciente en el propio hospital. Luego, el de cabecera se encargará de los partes siguientes. Se modifica también la gestión del permiso de maternidad que, con carácter general, se facilitará a través de la Secretaría del Servicio de Obstreticia del hospital.

Respecto a las recetas, serán emitidas por el facultativo que establezca la pauta terapéutica, bien de un centro sanitario o de un hospital, que a su vez será responsable del informe para la continuación del tratamiento. Para la receta electrónica se elimina la limitación para los hospitales de prescribir para un máximos de 90 días. Así, desde el 1 de marzo, cualquier profesional que recete un fármaco podrá hacerlo por un máximo de 365 días. También se quiere aligerar la carga burocrática de las interconsultas virtuales, y el médico de familia ya no se encargará de todos los trámites de las revisiones encargadas por los especialistas, al igual que los informes para la realización de las pruebas. 

Asimismo, se limitan las situaciones en las que el facultativo de primaria pueda emitir informes y justificantes y, en cuanto al transporte sanitario programado, lo podrá pedir el nivel asistencial que formule la indicación, firmado por el facultativo solicitante. El Salud realizará también campañas de información trimestrales sobre el uso correcto de los servicios sanitarios y habrá una comisión de seguimiento que velará por la aplicación de estas medidas.