Huesca

8m día internacional de la mujer

María Goikoetxea: “La libertad, al final, es poder vivir sin miedo”

La directora del Instituto Aragonés de la Mujer avanza que ya se ha adquirido el edificio que albergará el Centro de Crisis de Huesca

María Goikoetxea
María Goikoetxea
S. E.

María Goikoetxea, directora del Instituto Aragonés de la Mujer, ha visto como en este último año más mujeres han hecho uso de las herramientas de ayuda y de denuncia que el IAM pone a su disposición. En 2022 se consolidó el Plan Corresponsables, que también ha contribuido a afianzar población en el medio rural, y se ha avanzado en los Centro de Crisis, que en el caso de Huesca ya dispone de edificio a la espera de licitar las obras.

Superada la pandemia y recuperada la normalidad, ¿en qué momento está el Plan Corresponsables?

—Hemos seguido trabajando en su consolidación y acción. En 2022 se ampliaron las edades para el cuidado de menores hasta 16 años y se han incluido cursos de corresponsabilidad dirigidos a hombres. Estamos muy contentas porque estamos viendo cómo esta política semilla va enraizando y va dando sus frutos. En estos momentos tenemos más de 20.000 niños y niñas, de forma gratuita, en las aulas madrugadoras y de tarde en todo Aragón, lo que supone, por una parte, facilitar la conciliación sobre todo a las mujeres pero también nos está ayudando a generar empleo en el medio rural. Las mujeres asientan territorio, y facilitarles servicios que hagan que se sientan felices de vivir en sus pueblos y con sus necesidades cubiertas nos va a ayudar a frenar la despoblación.

El Plan Corresponsables ha supuesto un cambio sustancial en las políticas de conciliación. Hasta el momento no se había hecho nunca en nuestro territorio una inversión tan fuerte, más de 10,5 millones de euros, y gracias a ello tenemos una batería de actividades que sirven para mejorar la vida de la gente y para que conciliar no sea una trampa para las mujeres.

En el tema de la violencia sexual, desde el IAM han trabajado durante este último año por incrementar los Puntos Violeta. ¿La implicación social es la que esperaban?

—La aceptación social ha sido muy buena. De hecho, esto nació como una iniciativa piloto y el año pasado diferentes municipios, asociaciones y empresas llamaron al Instituto Aragonés de la Mujer para constituirse en Punto Violeta y para contribuir en la sensibilización en contra de las violencias sexuales.

Creo que fue un primer paso para seguir desarrollando esas políticas de protección frente a las violencias sexuales, y en este sentido, ya estamos trabajando en la apertura de los Centros de Crisis 24 horas para la atención integral de la violencia sexual.

Los Centros de Crisis serán la primera puerta que podrán cruzar las mujeres que sufren violencia de género y donde recibir atención física y psicológica. ¿Qué nos puede adelantar del que se abrirá en Huesca?

—Tenemos de plazo hasta diciembre de este 2023 para dejarlos estructuralmente montados, y a partir de allí entrarán en funcionamiento. Respecto a Huesca puedo avanzar que ya tenemos adquirido el inmueble, y estamos en el proceso de licitación de obras, por lo que en breve empezaremos a ver las del Centro de Crisis en Huesca, en el que se ofrecerá atención las 24 horas a cualquier forma de violencia sexual contra las mujeres y las niñas. Además, tienen otro objetivo fundamental, convertirse en centros de referencia para la prevención de cualquier forma de violencia sexual, y esto se hace a través de la educación afectivo-sexual y el conocimiento de nuestros cuerpos. En definitiva, con una ciudadanía formada y sensibilizada contra la violencia.

En las franjas más jóvenes de edad, ¿se están denunciando actualmente diferentes formas de violencia?

—Sí, pero a nosotras nos gusta añadir que no hay más violencia ahora que en el pasado, lo que ocurre es que el machismo se transforma y se adapta, y ahora se adapta a las nuevas formas de comunicación de la juventud y a los nuevos modelos.

Hace 10 años apenas existía violencia digital y ahora es una de las más recurrentes en la población más joven. También podríamos hablar de que la violencia de control se ha transformado y en estos momentos se ejerce a través de las redes sociales. Son diferentes formas de control que son distintas formas de violencia machista, y lo que nos indica es que si conocemos esta violencia entre las personas más jóvenes es porque ellas son capaces de contarlo y, además, tenemos más recursos públicos, una mayor conciencia social y una red más amplia en la que las mujeres se sienten arropadas para denunciar la violencia.

Ayer hubo concentraciones en las tres capitales de provincia por la última víctima en Villanueva de Gállego a manos de su pareja. Esta lacra, lejos de desaparecer, se incrementa. ¿Dónde está el problema para que la cifra de mujeres asesinadas siga creciendo?

—Estamos tratando de analizar cuáles son las similitudes entre los diferentes casos, por ello es fundamental el trabajo que se hace desde los comités de crisis que organiza el Ministerio de Igualdad, donde nos reunimos las comunidades autónomas y analizamos uno a uno todos ellos, tratando de encontrar similitudes para establecer criterios que pueden ser de riesgo y poder adelantarnos y prevenir.

Respecto al ocio nocturno, Aragón va a unificar los protocolos contra las agresiones sexuales.

—Recientemente manteníamos una reunión con los presidentes de las salas de ocio nocturno para la adhesión de estos espacios y su preparación para denunciar el cargo de agresión sexual.

Como decíamos anteriormente, tener a la ciudadanía concienciada y formada, ayuda a garantizar unas condiciones de seguridad. Al final, la libertad es poder vivir sin miedo, y las mujeres tenemos los mismos derechos a ocupar todos los espacios, también los de ocio nocturno, y poder disfrutar de la noche en igualdad de condiciones, por eso es fundamental apostar por estas medidas que garanticen esa libertad de las mujeres.

Con el aumento de las denuncias por agresión sexual y violación, y por lo sucedido ayer en el Congreso, ¿qué tiene que decir de la Ley del “solo sí es sí?”

—Nosotras, lo que estamos defendiendo desde el primer momento es que es un paso adelante hablar del consentimiento. El consentimiento, en el centro de las políticas públicas, es fundamental para pasar del ‘no es no’ al ‘solo sí es sí’, y esto tiene que ver con que nosotras no tengamos que demostrar la violencia que sufrimos sino que le pregunten a los hombres si sabían si había consentimiento. No podemos consentirnos el volver a un código penal que favoreció la sentencia de la Manada, donde algunos jueces dieron jolgorio a un caso donde había una violación múltiple.

Creo que todas las normas novedosas y que suponen un cambio de paradigma tienen sus resistencias y cuesta su aplicación. Por eso, desde el Ministerio de Igualdad se propone a las comunidades autónomas una batería de medidas, como ya se hiciera en 2004 con la Ley de Protección Integral, que faciliten la aplicación de la norma.

No debemos generar alarma ciudadana porque esta ley protege a las mujeres en la medida que les garantiza el acceso a los recursos públicos para esa atención integral, por ejemplo en los Centros de Crisis 24 horas, y a partir de ahora, las mujeres que sufren alguna forma de violencia sexual van a tener los mismos derechos que aquellas que sufren violencia de género, y esto lo debe conocer la ciudadanía.