Huesca

DÍA MUNDIAL DE CONCIENCIACIÓN DEL TEA

Autismo Huesca implanta un programa para la detección temprana en bebés

Según la afección, el diagnóstico precoz puede determinarse a partir de los 2 años de edad

Glora Ruiz, gerente de Autismo Huesca
Glora Ruiz, gerente de Autismo Huesca
AUTISMO HUESCA

Las dificultades en la comunicación e interacción social son dos rasgos comunes en las personas con espectro autista, una disfunción con una prevalencia de un caso por cada 100 nacimientos en España, que en la provincia de Huesca se calcula que afectaría al menos a cerca de 2.200 personas.

La detección temprana, acompañada de un entorno inclusivo que preste apoyo integral, además de lograr una mayor visibilidad con el fin de que la sociedad comprenda sus necesidades son algunos retos que el 2 de abril, Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, vuelve a poner sobre la mesa. 

Desde una perspectiva sanitaria, podría definirse como “una afectación en el neurodesarrollo con base genética, es decir, con origen desde la etapa primaria del desarrollo y que se manifiesta principalmente en la relación y comunicación social, además de un conjunto de comportamientos, intereses y habilidades repetitivas, restringida o estereotipadas”, explica María Pescador, psicóloga sanitaria y responsable técnica de Autismo Huesca.

Aunque se trata de una condición con base genética, aclara que se están estudiando factores epigenéticos que puedan estar vinculados con el origen. El desarrollo intelectual varía en cada caso. Los afectados pueden tener desde una discapacidad intelectual, hasta una capacidad cognitiva media o por encima de esta, y así sucede con el resto de áreas del desarrollo pudiendo acompañar a la persona afectada un trastorno del lenguaje u otras comorbilidades relacionadas con la salud mental.

Su denominación “espectro” hace referencia a la condición diversa de la que parte este trastorno. El autismo se desarrolla de una forma singular según su grado de afección. Una detección precoz facilita una intervención y acompañamiento individualizados que favorecerán el desarrollo y calidad de vida de la persona afectada. 

Precisamente Autismo Huesca se encuentra trabajando en esta línea en un proyecto referente en España, en colaboración con Confederación Autismo España, a través del programa ‘bbMiradas’. Se trata de un seguimiento mediante pruebas psicométricas, observación durante el juego y técnicas de atención social con tecnología Eye Tracking dirigidas a bebés entre los 4 y 48 meses de edad con síntomas o menores familiares de primer, segundo o tercer grado con diagnóstico de TEA. Autismo Huesca ha comenzado este año con el seguimiento en bebés que son hermanos o primos de usuarios de la asociación.

Desde los seis meses, apunta María Pescador, “se puede hacer una detección precoz, lo que no quiere decir que se pueda hacer un diagnóstico fiable. Esto podría hacerse en torno a los 2 años con evaluaciones profesionales”. Los primeros signos en la comunicación social previos al lenguaje como “el contacto visual, la sonrisa social o habilidades en comunicación no verbal como el señalado” pueden alertar, explica la psicóloga.

Autismo Huesca, con afectados y familiares

La Asociación Autismo Huesca en sus cerca de 12 años de trayectoria, ofrece acompañamiento a personas con espectro autista y familiares, ya sea en la detección, diagnóstico, apoyo psicológico como en la intervención, a través de terapias con animales, talleres para trabajar las habilidades sociales y actividades de ocio.

“Para la mayoría de afectados, cuando reciben el diagnóstico, supone un duelo. Nosotros le ayudamos en el proceso de aceptación”, afirma Gloria Ruiz, gerente de Autismo Huesca. Desde ese momento, la entidad pone a disposición de las familias todos los recursos para un acompañamiento integral.

De cara a la sociedad, “al no ser una discapacidad visual, la gente no lo entiende”. Por ello, las campañas de sensibilización a la ciudadanía, centros educativos y sanitarios -principalmente- adquieren especial importancia. 

El siguiente reto de Autismo Huesca, apunta Ruiz, es concretar un plan para la formación e inserción laboral, sobre todo para trabajar las habilidades sociales necesarias para superar una entrevista de trabajo.