Huesca

consumo

La inflación de la comida lleva a una situación no vista ni en 2008

Feaccu avisa de peligrosos cambios en el consumo por el encarecimiento

El consumo de leche ha caído un 33 por ciento.
El consumo de leche ha caído un 33 por ciento.
Pablo Segura

Ni en la crisis anterior, cuando el sistema financiero mundial se desplomó y hubo que rescatarlo hace ya más de una década, Feaccu vio una situación similar en lo que a recortes en la compra de comida se refiere. La subida de la inflación, que este febrero alcanzó su máximo histórico en alimentación -con datos del INE, un 16,7 por ciento interanual-es la causante de que cada vez más y más familias estén ahorrando -y en algunos casos directamente hayan dejado de comprar-, productos “básicos, imprescindibles” como los alimentarios. Esto lleva a su vez a que “los bancos de alimentos (en España) estén desbordados” y estén atendiendo a familias que, hasta hace muy poco tiempo, “no estaban en situación de vulnerabilidad”.

Pilar Gambau, técnico de consumo de Feaccu (Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de la provincia de Huesca), recalca que “estamos hablando de productos no básicos, sino imprescindibles”, como son las verduras, las frutas, las hortalizas, la carne, el pescado...

Pero el encarecimiento desaforado de la alimentación, junto con “los salarios que no suben” y las también fuertes subidas de la energía, ha llevado a importantes cambios en los hábitos de “la inmensa mayoría” de consumidores. La lista de la compra se basa ahora para casi todo y casi todos en las ofertas y en las marcas blancas.

Ahorro obligado pero con repercusión en la salud

Y un cambio mucho más importante es que, según la Asociación de Fabricantes y Distribuidores, “el 57 % de los consumidores ha bajado su consumo de carnes, frutas, verduras, hortalizas... Animamos a consumir sano y fresco, pero para muchas familias es imposible”, algo que, como subraya Gambau, tiene “repercusión en la salud”.

Pero la que manda es una cartera de las familias cada vez más estrangulada por el encarecimiento sin freno y, así, los frescos dan paso a “más envasados, congelados y procesados, que son menos sanos”.

“Yo nunca había visto esto -dice Gambau retomando ese 57 % de familias que ha bajado su consumo de frescos-. Todas las crisis son malas, pero esta se está cebando más con el consumo alimentario y lo más destacable es que afecta a los productos más básicos”.

Si el acusado encarecimiento pasa factura a casi cualquiera, “para las familias en peor situación económica, es gravísimo”, evidencia la técnico de consumo de la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de la provincia de Huesca.

Algunos datos que ilustran lo grave que está siendo esta crisis en algunas casas: el consumo de la leche ha bajado un 33 por ciento; “las legumbres, que antes se decía que eran alimentos para pobres por ser baratas pero que llenaban y tenían proteína vegetal, ahora parecen un lujo porque han subido un 23 por ciento; el aceite de oliva ha subido muchísimo, pero el de girasol también”.

Y si en una familia de clase baja se da también un caso de necesidades alimentarias especiales (celiaquía, por ejemplo, “que hay muchísimos”), la situación se puede hacer explosiva, ya que se calcula que la cesta de la compra cuesta 500 euros anuales más, con la inflación aparte.

Limitar márgenes e imponer precios máximos

Las medidas que ha tomado el Gobierno central hasta ahora, como bajar el IVA, “se han demostrado totalmente insuficientes”. “Se paga menos porque hay menos impuestos pero los precios siguen subiendo”, expone la técnica de Feaccu.

Estas medidas, además, son “temporales”, añade Gambau, quien opina que ciertos productos básicos no deberían tener IVA.

Ante la intensidad del problema y de sus repercusiones -hablamos de comida, de mantener un buen estado de salud al fin y al cabo-, Gambau aboga por directamente quitar el IVA para la carne y pescado fresco, así como limitar los márgenes comerciales en estos productos y el establecer precios máximos para alimentos básicos. ¿El objetivo de estas medidas? “Que todo el mundo pueda comer” de una manera sana, zanja lisa y llanamente Gambau.

Recogida extraordinaria del Banco de Alimentos

El Banco de Alimentos de Huesca, como todos los de España, prepara una recogida de alimentos extraordinaria para junio, informa Julia Lera.

El encarecimiento de los alimentos -que en febrero alcanzaron su máximo histórico- es la causa de esta campaña veraniega y que se suma a la que se hace todos los años en noviembre, la Gran Recogida.

“Es sentido común. Si una familia va al supermercado y compra lo mismo que hace seis meses le cuesta un 20 por ciento más como mínimo...”, añade Lera sobre las causas de esta recogida.

A la espera de ver si la mayor necesidad es “coyuntural”, Lera indica que hay “bastantes familias” en Huesca pidiendo comida a las entidades que la reparten. Recordemos que el Banco de Alimentos distribuye la comida entre las entidades y son estas las que la entregan a las personas. “Una (de estas entidades) en concreto tiene un 30 por ciento más” de solicitantes, añade.

Lera también apunta que hoy, con una inflación que afecta “a cualquier persona”, “cualquiera puede ser vulnerable por (no poder pagar) el alquiler, por quedarse en el paro, por una situación familiar complicada, por enfermedad...”.

Y además, si antes una persona necesitaba una determinada cuantía de dinero “para subsistir”, hoy, con la inflación, esa cantidad es mucho mayor porque se ha encarecido la cesta de la compra, la vivienda, la energía..., señala.