Huesca

PARTICIPACIÓN INFANTIL

“Los niños no siempre tienen la oportunidad de ser escuchados por los adultos”

Rubén Oliván, el coordinador de la Ciudad de Niñas y Niños, es un pilar clave del proyecto

Rubén Oliván, coordinador de la Ciudad de las Niñas y los Niños.
Rubén Oliván, coordinador de la Ciudad de las Niñas y los Niños.
S.E.

¿Cuánto tiempo llevas de coordinador?Llegué a finales de 2019. Fue llegar y encerrarnos en casa con el tema de la pandemia.

¿Fue complejo trabajar así nada más llegar?Ese periodo fue difícil ante la complejidad del proyecto. Necesitas apoyo de todas las personas que hay detrás, principalmente las chicas de la Universidad de Zaragoza que son las que me han transmitido toda la información desde el momento en el que aterricé aquí. Tuvimos que reinventarnos para que todos fueran partícipes como hasta ese momento habíamos logrado.

Como coordinador de la Ciudad de las Niñas y los Niños, ¿qué sientes al ver todo lo que ha crecido este proyecto en Huesca?Lo he visto como algo potente y todavía con mucho margen de mejora y crecimiento. Es un tema difícil de llevar a cabo y que ha tenido un crecimiento exponencial a lo largo de este tiempo. Hasta que se da a conocer cuesta un poco, pero en muchas ocasiones nos han llamado de colectivos muy diferentes para poder participar. Sin embargo, tienes que echar el freno porque si quieres darle calidad a los procesos participativos no puedes abarcarlo todo.

¿Por qué?Los tiempos de los adultos no son los mismos que los de los niños, que son muchos más calmados y requieren de más sosiego. Se necesita hacerles partícipes desde el principio hasta el final. Trabajamos desde los niños y con los niños, y eso requiere otros tiempos a los que no estamos acostumbrados dentro de la sociedad.

¿Cómo se logra que los niños sientan de verdad que forman parte del proceso?La forma de plantearles las preguntas es muy importante. No podemos ir con preguntas cerradas. Hay que orientarles de otra manera, que aporten ideas de cómo les gustaría que fueran según qué zonas y para quién. Todo ese tipo de preguntas van generando respuestas que hay que estructurar y darle sentido.

¿Cuántos niños y niñas han pasado por aquí desde 2011?Es algo complicado de calcular. Los que son participantes del consejo, podríamos estimar un total de 312 niñas y niños, al ser 26 por cada curso. Luego, se amplía cuando hacemos proyectos concretos en diferentes zonas de la ciudad. Tratamos de implicar a todos los niños de esas zonas, aumentando así el número del que hablamos. Todo esto hace crecer el número y, por supuesto, las ideas y la participación infantil.

¿Notáis que con el paso de los años, los más jóvenes quieren formar parte de la Ciudad de las Niñas y los Niños?A ellos les gusta mucho porque no siempre tienen la oportunidad de ser escuchados. Poder venir aquí a dar su opinión, es algo que valoran mucho. No solo dan sus ideas, sino que lo hacen con responsabilidad. Son conscientes de que lo que propongan se intenta materializar. No se van tanto por las nubes como se puede esperar. Son responsables y saben lo que quieren, tanto para ellos como para los demás.

¿Ha sido fácil poder impulsar este proyecto en la ciudad de Huesca?Cuando hablamos de jerarquías es muy fácil hablar las cosas. Hacerlo con ellos es más complejo porque implicamos a muchos colectivos para alcanzar un punto de consenso. Intentamos evitar las votaciones para que todos vean que se comprende su punto de vista. La dedicación es costosa, pero vale mucho la pena.

¿Cuáles dirías que son los proyectos que han permitido cambiar tanto la perspectiva y el crecimiento de la ciudad?Si hablamos de transformación física, el parque del Encuentro es uno de los proyectos más claros y de mayor envergadura que se han desarrollado. Todas las niñas y niños del colegio Pío XII decidieron cómo querían ese parque. Si hablamos del ámbito social, hay otros proyectos como ‘Todos juntos a la escuela’ o el ‘Comercio Amigo’. ‘Todos juntos a la escuela’ promueve darles autonomía para ir al colegio, pero Francesco Tonucci cree que es un entrenamiento para que luego puedan salir solos a jugar. Eso requiere peatonalización de espacios, dar prioridad primero al peatón, luego a la bici, al transporte público y por último al coche privado. Se complementa con ‘Comercio Amigo’, con lo que buscamos colaboradores en el comercio de la ciudad para que puedan tener un apoyo cuando vayan solos: si necesitan llamar por teléfono, resguardarse de la lluvia, etcétera.

¿Por qué es tan importante este tipo de proyectos?Es importante sacar de nuestra visión el parámetro actual. La mayoría de las cosas se hacen en torno al adulto. Estamos viendo que no atendemos a todos los parámetros necesarios, y los niños nos demuestran que son muy diversos cuando presentan propuestas, tienen en cuenta a todas las personas. No solo se centran en lo que ellos quieren. Como no tienen influencia económica ni ideológica o cultural, sus propuestas fluyen por la inocencia.

¿Es Huesca una ciudad que se preocupa y empatiza?Puede decirse que Huesca sí empatiza. Principalmente, porque es la única ciudad aragonesa que cuenta con este proyecto. El trabajo de la Universidad le da mucha más calidad si cabe a todo lo que hacemos constantemente.

¿Qué os suelen transmitir cada vez que trabajáis en algún proyecto?Nos trasladan diversidad. Hay ideas que pueden ser muy locas y otras que están muy en la tierra. Tienen en cuenta a personas con todo tipo de diversidad, y a otras generaciones como pueden ser sus abuelos. Conseguir que dentro de un análisis de propuestas tengamos detectadas todas las necesidades de la sociedad da mucha calidad. Consideran que Huesca es una ciudad privilegiada, pero que puede ser mejor para su autonomía.

¿Cuál es el siguiente paso que debe dar la Ciudad de las Niñas y los Niños?La ciudad es un referente importante para el proyecto internacional, para ayudar a las nuevas ciudades de cara a respetar al máximo el proyecto de Tonucci. Sin embargo, es cierto también que sería de gran valor replicar este consejo en otros espacios, que no hubiera solo 26 niñas y niños. Tenemos la sensación de que se quedan muchas cosas en el tintero, muchos secretos que los niños no han podido expresar y que podrían servir para hacer una ciudad mejor. Con voluntad y herramientas esto puede ser posible. Es una inversión en calidad. Si te quieres mover en una ciudad mejor, no creo que sea un derroche el trabajo de ciertas personas para cumplir estos objetivos.

¿En qué proyectos estáis trabajando ahora?El primero de ellos es ‘Hagamos confortable las consultas’, que sería la segunda parte de ‘Hagamos divertida la espera’. Trabajamos sobre las salas de espera en el centro de Salud Perpetuo Socorro y ahora vamos a hacerlo en el interior de las consultas, en base a cómo queremos que sea el trato del médico o pediatra que nos vaya a tratar. También estamos inmersos en la segunda Jornada de los Derechos de las Niñas y Niños junto al Justicia de Aragon, que será el 14 de abril, donde podemos dejar constancia de la opinión de todos ellos. Por último, el Día del Juego en la Calle será el 4 de mayo, con el que se busca defender el derecho a jugar de los niños, respetando su espacio porque muchas veces tienen el espacio demasiado ocupado para todo, menos para poder jugar.