El recurso de apelación sólo va a conseguir “que el Seminario se caiga”

“El Seminario corre riesgo de que se caiga”, expresó ayer el alcalde de Huesca, Luis Felipe, en respuesta al recurso de apelación presentado por Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa) y la Plataforma para la Defensa después de que el Juzgado Contencioso Administrativo de Huesca diera la razón al consistorio en las actuaciones planteadas para los patios históricos del antiguo Seminario.

El edil señaló que “algunas de estas plataformas están tremendamente politizadas, de hecho miembros de éstas forman parte de candidaturas municipales” y lamentó que el recurso de apelación traerá de vuelta un proceso judicial que hará perder fondos europeos, retrasará la intervención que desde la Diputación Provincial de Huesca, Ayuntamiento de Huesca y la Universidad de Zaragoza estaban dispuestas a llevar a cabo, “y si pasa el tiempo corremos el riesgo de que el patrimonio protegido tenga problemas de supervivencia”, agregó.

En referencia a la última sentencia resaltó que “el Ayuntamiento cumplía con sus objetivos de proteger el patrimonio y, sobre todo, de devolver una función al espacio del Seminario”.

Disputa por la integridad del conjunto

Las entidades patrimonialistas consideran que no existen razones de carácter histórico, arquitectónico ni urbanístico que justifiquen la eliminación de los patios históricos del siglo XVI y XIX. En concreto, los inmuebles que el colectivo quiere proteger son los que conforman los dos patios ubicados detrás de la fachada principal del Seminario. Desde Apudepa señalaron que el Ayuntamiento omitió la solicitud de un informe a la Comisión Provincial de Patrimonio, órgano delegado de la Dirección General y que la defensa de la integridad del conjunto monumental se debe mantener hasta agotar la vía judicial.

Por su parte, el proyecto que quiere llevar a cabo el Ayuntamiento de Huesca con el resto de entidades es convertir la iglesia en un aula magna para acoger todo tipo de eventos y a su alrededor, acondicionar un jardín arqueológico donde se integrarán los restos que puedan aparecer en el subsuelo, por un valor estimado de 8 millones de euros.