Huesca

DÍA DE ARAGÓN

Javier Yebra: El pastor de Apiés que sigue la leyenda marcada por su familia

Tres generaciones de los Yebra se han dedicado al pastoreo, un oficio que corre peligro en el Alto Aragón

Javier Yebra y su hijo acompañados por su rebaño en zonas cercanas al municipio altoaragonés de Apiés.
Javier Yebra y su hijo acompañados por su rebaño en zonas cercanas al municipio altoaragonés de Apiés.
S.E.

La empresa de San Jorge no era fácil, enfrentarse cara a cara con un dragón. La misión que afronta la familia Yebra no es menor: conseguir subsistir en el sector del pastoreo, “una labor imprescindible que cada día se pone más difícil”, indica el hijo, Javier Yebra.

Él no está solo. Primero su abuelo y ahora su padre, también Javier Yebra, y su primo le acompañan. “Si no estuviesen ellos, sería imposible”, sostiene, “porque este oficio es más que un trabajo, es una forma de vida”.

También siente el aliento de sus compañeros pastores en la provincia de Huesca, “que cada vez somos menos”, lamenta, puesto que no les dan muchas ayudas, lo que no facilita que las generaciones venideras vean en el pastoreo una oportunidad de vida.

El trabajo ha cambiado mucho en las últimas décadas. Los vallados eléctricos les permiten dejar el ganado en el monte y tener horas libres para preparar los pastos de cara al invierno, “aunque este período de sequía no nos está permitiendo recoger mucha hierba”, remarca.

A su vez, la aparición de las mangas de manejo ha mejorado las estancias de las ovejas y facilitan el trabajo para el pastor, que puede compaginar sus labores con tareas de agricultura.

A sus 22 años, se dedica en cuerpo y alma a su explotación de Apiés con más de 2.000 cabezas de ganado. Tiene “todas las ganas del mundo” y luchando, como San Jorge, “cada día saldremos adelante”, asegura.

Una de sus ilusiones es poder continuar con el oficio que ha marcado a su familia. “Todo aquello que ha estado siempre, hay que mantenerlo, somos parte del Alto Aragón”, concluye.