Huesca

DÍA DE ARAGÓN

Mariángel Leo: “No hace falta haber escuchado mucha música para que algo te emocione”

La soprano oscense compagina los conciertos con la dirección de la Coral Diego Pontac y Alma Vocal

Mariángel Leo.
Mariángel Leo.
Javier Navarro

Para Mariángel Leo su medio de expresión es la música, “un lenguaje universal que todo el mundo entiende y no hace falta haber escuchado mucho para que algo te pueda llegar, te guste y te emocione”, y en su caso lo transmite a través de su voz, con la que puede “emocionar a todo tipo de público”.

En ello tiene sobrada experiencia, ya que esta soprano, licenciada en Geografía e Historia, ha dedicado su vida a disfrutar de esta expresión artística que tuvo su punto de partida en el Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza, donde obtuvo el grado medio de canto y, posteriormente en el Conservatorio del Liceo de Barcelona, donde recibió el título superior.

Alternó su formación vocal con cursos de dirección coral que impartía el Instituto Aragonés de Canto Coral (IACC), trabajando como directora de coros, cantante de coros y cantante solista en distintas agrupaciones musicales de España e Italia, y formando parte de producciones como el Réquiem de Mozart, Beatus Vir de Vivaldi, Gloria de Vivaldi, Membra Jesu Nostri de Buxtehude, y Weihnachtoratorium de Saint- Saëns. También ha representado el rol de segunda dama en La flauta mágica de Mozart, así como el papel de Bastiana en la ópera Bartian y Bastiana de Mozart.

Tras 22 años fuera de Huesca, de los que los últimos 13 ha vivido en Barcelona, el pasado verano regresó a casa, donde pronto se dio cuenta de que continuar con su trayectoria profesional, lejos de resultarle difícil, iba a ser un no parar.

Ha puesto en marcha varios proyectos, uno con la pianista Valeria Vagánova, profesora de piano en el Conservatorio de Huesca ‘Antonio Viñuales Gracia’, dirige la Coral Diego Pontac y ha creado el ensemble de voces blancas Alma Vocal.

La labor que estamos haciendo dando conciertos en pueblos a los que es difícil que llegue la música clásica es interesante

“La labor que estamos haciendo en la provincia de Huesca, dando conciertos en pueblos pequeños a los que es difícil que llegue la música clásica, nos resulta muy interesante”. Poder actuar en el Monasterio de Casbas o las iglesias de Sesa y Alcubierre “es algo que la gente agradece mucho porque normalmente, la música clásica no llega allí, y tenemos iglesias preciosas para interpretar este tipo de conciertos más pequeños”.

En cuanto al público, para Mariángel Leo, es “muy agradecido”. “Sonríe y cuando tú estás cantando notas una compenetración. No es un público frío en absoluto, es agradecido y le gusta escuchar esta música”, aunque le llega con más facilidad la española, y por eso, la soprano siempre acaba sus conciertos con compositores nacionales.

Eso es algo que a Mariángel Leo le “encanta”, lo mismo que cantar en la capital oscense, que también le gusta “muchísimo”. Las veces que lo ha hecho en el Salón Azul del Casino han sido para ella “muy especiales”, pese a “la presión que conlleva cantar en casa porque no puedes fallar y quieres hacerlo todo muy bien”.

En Huesca está “ese plus” de buscar la perfección ante “muchas caras conocidas”, pero también es especial, algo que experimentó hace unos días en la catedral, donde cantó en la Vigilia Pascual, y hacerlo desde el altar y ver el templo lleno de fieles, “impone, pero te emociona y es muy gratificante”,

Hay obras menos conocidas y preciosas que llegan al corazón, y que aunque sean música clásica no son nada aburridas

Mariángel Leo ha pisado grandes escenarios en diferentes países, pero en las distancias cortas también disfruta y vibra con la misma intensidad, sobre todo porque para ella la música es su vida y también quiere hacer pedagogía de ella. Su “truco”, incluir en algunos de sus repertorios “alguna obra menos conocida para salir del cliché” y dar la oportunidad de escuchar piezas “preciosas que llegan al corazón, y que aunque sea música clásica no son nada aburridas”.

Para la soprano oscense, la música clásica se debe incentivar y, sobre todo, entre los más jóvenes, por eso no descarta en un futuro hacer algo didáctico con lo que ir a los colegios, “y abrir la ópera más cómica y divertida”. Entre sus retos, acabar con la fama de elitismo que rodea a este género musical, un mito que no se corresponde con la realidad porque “aunque hay óperas muy densas, hay muchas muy divertidas y que pueden ser muy actuales”.