El precio del aceite de oliva se dispara hasta máximos históricos

El pasillo de los aceites de cualquier supermercado se torna cada vez más inverosímil. El cartel de los precios despierta asombro entre los consumidores, y no es para menos, el aceite de oliva es, más que nunca, “oro líquido”, con precios disparados que alcanzan máximos históricos. Y es que el litro de virgen extra está cerca de llegar a los 10 euros. 

Céntimos más arriba, céntimos más abajo, el aceite de esta categoría e incluso de marca blanca ya ronda los 9,5 euros por litro, y desde la Unión De Agricultores y Ganaderos De Aragón(Uaga) advierten que este incremento podría ir a más en los próximos meses, en función de las precipitaciones y la evolución de la demanda, que por el momento, se mantiene al alza.

En un recorrido por los establecimientos de la ciudad, un litro virgen extra puede encontrarse desde los 8,19 euros y los precios más altos alcanzan incluso- en las marcas más exclusivas- los 11,25 euros. Para los aceites de oliva virgen- con un grado de acidez menor o igual a 2%- el incremento se hace notar en los bolsillos igualmente, con precios que rondan entre los 6,85 y los 7,95 euros por litro. En alguno de los establecimientos incluso, están alarmados.

David Andreu, responsable de la ejecutiva de Uaga del olivar, afirma que este bien básico se encuentra en máximos históricos y establece una comparación: una garrafa de virgen extra costaba 20 euros hace 5 años, hace un año alcanzaba los 25 euros y ahora se sitúa, como mínimo, a 35 euros, es decir, una subida del 75% en el último lustro y del 40% en el último año.

El responsable del sector de la oliva en Uaga apunta que las causas de este incremento sin precedentes, que se produce a pesar de la bajada del IVA, del 10 % al 5 %, se debe a tres factores fundamentales. En primer lugar, el encadenamiento de dos campañas seguidas de “poca cosecha”, entre la última y la venidera, que no se prevé halagüeña debido a un julio o agosto sin precipitaciones.

D.A.

 “Si una producción buena en España se sitúa en 1,7 millones de toneladas aproximadamente, la estimación para este año es de 700.000”, apunta Andreu. La oferta es menor y la demanda se mantiene, por lo que los precios suben, resume. Una producción escasa motivada por la sequía, que sigue amenazando la próxima temporada. En tercer lugar, Andreu señala que el reciente cierre de fronteras de Turquía-país importador y exportador de aceite- para evitar el desabastecimiento de sus habitantes ha sido “la gota que ha colmado el vaso” en la oferta a nivel mundial. 

Ante esta tesitura, Andreu valora que el aceite “posiblemente siga subiendo”, de momento la mirada está fija en las próximas semanas. “Estamos expectantes de la lluvia de la próxima semana, que no afecten las plagas y que no haya tormenta de pedriscos”, añade, factores “determinantes” para que “la merma sea peor”.

Además, Andreu señala que otra de las razones se derivan del “enlace de campaña”, un indicativo para el sector que se materializa en el stockaje. “A nivel nacional finalizamos la campaña con 400.000 toneladas y esa es la cantidad que hay ahora en los almacenes, y vamos a un ritmo de 100.000 toneladas por mes”. 

Asimismo, desde Uaga, señalan el encarecimiento de los costes para los productores, aunque se evite repercutirlo en el precio. Fertilizantes, maquinaria o gasóleo son tres de las materias que más han sufrido el incremento de los precios. En concreto los fertilizantes han ascendido un 50 % y el gasóleo B cerca de un 300%.

Consumo estable, pero con medidas de ahorro

Alimentos a la plancha, freidora de aire, o sustituir las patatas fritas por “patatas al microondas”. Son algunas de las medidas más comunes entre los consumidores para llevar a cabo un consumo moderado de aceite de oliva, ante los precios desorbitados. Uno de ellos, Ignacio, señala la diferencia en el precio del litro de aceite con una fotografía: “el aceite de 0,4 estaba el 31 de julio a 6,45 y ahora, 24 de agosto 6,85”, quien confiesa ahora que opta por la freidora de aire. Otros consumidores asumen el incremento y aunque no vayan a renunciar a este bien básico en ninguno de sus platos, “se mira más y se aprovecha, no se desperdicia nada”