Huesca

‘Madness Burger’, el proyecto de dos jóvenes que triunfa en Huesca

El establecimiento amplía comedor y plantilla tras el éxito cosechado dos meses después de su inauguración

Miguel Ángel Maurín y Javier Alegre, propietarios de ‘Madness Smash Burgers’.
Miguel Ángel Maurín y Javier Alegre, propietarios de ‘Madness Smash Burgers’.
Verónica Lacasa

“Not fucking fast food” es el eslogan de Madness Smash Burgers, el restaurante recientemente inaugurado -17 de junio- en la céntrica calle de San Orencio por los oscenses Miguel Ángel Maurín (28 años) y Javier Alegre (30 años), dos jóvenes empresarios dispuestos a reavivar la oferta gastronómica de la ciudad y romper el cliché de que la juventud no emprende.

“No es cualquier hamburguesa”, afirma Javier en referencia al eslogan, es el proyecto final de una idea que ambos socios llevan madurando desde hace cerca de tres años. “Queríamos traer a Huesca una experiencia gastronómica diferente”, a través de un producto, servicio y decoración de calidad, o lo que es lo mismo, “traer lo aprendido en la alta cocina a Huesca” en un establecimiento dirigido a todos los públicos, desde familias con niños y adolescentes a jóvenes, adultos y personas veteranas. Detrás de cada plato hay meses de investigación para seleccionar minuciosamente cada producto y su modo de preparación.

Tras las fiestas de San Lorenzo, donde además de hamburguesas sirvieron almuerzos, Madness se mantiene cerrado hasta el próximo 30 de agosto para “seguir innovando”. A partir de esta fecha, el establecimiento estrenará nuevo comedor, ampliando el aforo de 32 comensales a 50, y pasando de 4 a 6 trabajadores en tan sólo dos meses.

Él éxito que rodea a Madness se materializa en mesas al completo con reserva anticipada y con más de 2.100 seguidores en Instagram en cerca de 60 días. Ambos socios hacen un balance positivo de su estreno en la ciudad y defienden que su modelo de negocio nace de querer “hacer las cosas bien” remarca Miguel Ángel, con un estudio de mercado previo riguroso, “mucha pasión” e innovación.

En este sentido, estas semanas estudian nuevas fórmulas para “no dejar de sorprender” al cliente, en la presentación de la carta, en la preparación de las hamburguesas, la elaboración de nuevos platos, o nuevas posibilidades en la sala: los viernes y sábados ofrecen música y copas hasta las 2:30 horas.

Ambos socios, de sectores diferentes -Miguel Ángel de Telecomunicaciones y Javier de Marketing- se conocieron hace cerca de 8 años, cuando trabajaron en el sector de hostelería. Madness es el resultado de la materialización de una idea “muy trabajada” en un territorio donde ven “oportunidades”. “Huesca es una ciudad en la que puedes dar o no en la tecla. Pero si das, es una oportunidad porque si gusta, se repite”, afirma Miguel Ángel. En este sentido, Javier valora que Huesca es una ciudad con “muchas ventajas si tienes ganas de emprender, pero en ocasiones cuesta asumir esa responsabilidad”.

En un territorio “de nivel” desde el punto de vista gastronómico, el proceso “más complicado” para abrir el establecimiento, apuntan, es encontrar un local. Un paso que les ha llevado cerca de año y medio, por los “altos precios” y la dificultad de obtener una licencia, “cada vez con más condiciones”, que en muchas de las ocasiones requieren de “grandes inversiones”. El modelo de negocio de los jóvenes oscenses apuesta por la conciliación laboral, por ello, plantean una actividad restringida de miércoles a domingo en horario de cenas. “Tuvimos claro que queríamos conciliar vida laboral con vida personal”, apunta Miguel Ángel.

Actualmente trabajan en el establecimiento con la persiana bajada, inmersos en perfilar el decorado del nuevo comedor, además de definir nuevos menús que integren productos de temporada, experimentar con nuevas ideas y reforzar la comunicación a través de las redes sociales. El objetivo, ofrecer en Huesca la experiencia de cenar en una hamburguesería “elegante pero informal, de calidad y sobre todo de proximidad”.