Huesca

GENTE DE AQUÍ

Adela Alfaro: "Me gusta vestir a gente normal y hacerla sentir muy extraordinaria"

La joven emprendedora oscense, con raíces en Bespén, lanzó su firma de moda hace cuatro años y está especializada en diseños de novia e invitada  

Adela Alfaro en la sala de pruebas de su atelier luciendo uno de diseños.
Adela Alfaro en la sala de pruebas de su atelier luciendo uno de diseños.
Laura Ayerbe

Detrás de su cara de niña buena, una sonrisa tímida y dulce; su aspecto apacible, tranquilo y mucha naturalidad, Adela Alfaro esconde una personalidad inquieta y decidida que hace cuatro años la llevó a optar por desarrollar su carrera en el mundo de la moda en la capital oscense, abriendo las puertas de su firma -que lleva su nombre- en un espacio en el Coso Bajo. Tiene las ideas muy claras, rebosa sensatez y seguridad, muestra muchas ganas de hacer cosas, eso sí, sin prisa, pero sin pausa.

Con orgullo dice que es de Bespén y a la vez lleva a gala ser de Huesca. Está más que convencida de que “todos tenemos que contribuir para hacer crecer el lugar en el que queremos estar, en mi caso Huesca”, y sus ganas de ver mejorar su entorno se extienden a su pueblo, del que dice con satisfacción que “está resurgiendo”.

“Todos tenemos que contribuir para hacer crecer el lugar en el que queremos estar, en mi caso Huesca”,

Ella quiso poner su granito de arena emprendiendo un negocio que despegó “6 meses antes de la pandemia”. Después, se vio afectado por el parón de esos meses, pero a día de hoy goza de muy buena salud y ya valora un traslado a un espacio más amplio. Y pese a esa adversidad inicial, supo ver una oportunidad y se reinventó vendiendo mascarillas. “Fueron más de 5.000 hechas a mano”, remacha.

De su infancia recuerda “las vacaciones y los fines de semana en Bespén”, y en especial los muchos momentos que pasó “rodeada de vecinas, yendo de casa en casa y aprendiendo muchas cosas porque todas te enseñaban a hacer algo”.

A sus 26 años relata que “desde que descubrí el mundo de la moda siempre he querido dedicarme a ello”. Desde su niñez se recuerda como “una persona creativa y con muchas ideas a la que siempre le ha llamado la atención la artesanía, las artes plásticas y la pintura”. Y destaca la fascinación que le produjo, conforme iba creciendo, “el descubrir la profesión con más detalle, el ver los desfiles y todo lo que conlleva”.

Fue a los 14 años cuando comenzó “por iniciativa propia a aprender a patronar, cortar y coser”, y conforme pasaba el tiempo, apunta, “cada vez me gustaba más”. En 2012 presentó su primer desfile en Periferias Fashion Show, y siguió participando en las siguientes ediciones.

Al terminar en 2018 sus estudios superiores en Diseño de Moda en la Politécnica de Madrid, estuvo unos años trabajando en varias firmas España y en el extranjero, entre ellas Parfois, lo que la llevó a residir en Oporto.

Su apego a sus raíces la llevó a volver a Huesca y a tomar la decisión de montar su propia marca en una apuesta personal por “una ciudad que tiene mucho potencial, poniendo así mi granito de arena para hacerla crecer”. Y a la hora de tomar la decisión también primó que “es un tipo de negocio del que había necesidad en Huesca”.

La doble A, la segunda de ellas invertida, es el logo de su firma que cuenta “con una colección más de diario, ‘prêt-à-porter’, que se confecciona en talleres de España y está también la de novias e invitadas, que son diseños exclusivos y personalizados de los que me encargo personalmente”.

A las novias las considera “un tipo de clienta muy especial”, y antes de realizar el boceto habla con ellas, las conoce y recaba datos, para desarrollar después “un trabajo conjunto de ambas partes y llegar al vestido perfecto”. Su máxima es que “las novias estén contentas y no se vean disfrazadas” ya que “es un vestido que va a marcar su vida”.

Ha tenido la suerte de vestir a algunas amigas y para ella ha sido “un orgullo verlas entrar a la iglesia con una de mis creaciones” y en general, añade, “el agradecimiento de una novia compensa mucho el trabajo”.

Poco a poco se ha dado a conocer y va aumentando su clientela y valora- que “aquí en Huesca, para bien o para mal, funciona mucho el boca a boca”. Si bien por su atelier han pasado novias “de Madrid, Barcelona, y viene mucha gente de Barbastro y de otros pueblos”.

Lo que más le gusta de su trabajo es “vestir a gente normal y hacerla sentir muy extraordinaria”, y apostilla, “me hace ilusión vestir a gente que de verdad le hace ilusión llevar nuestra ropa”.

Confeccionar cada diseño le lleva muchas horas de trabajo que compagina con las clases de confección que imparte en Ibercaja.

En lo personal, su apego y compromiso con Huesca es máximo e insiste en “la responsabilidad que todos tenemos con nuestras ciudades para contribuir a su crecimiento” y además de estar muy vinculada a las Peñas, pertenece a la Cofradía de la Sangre de Cristo, en la que forma parte de la junta.

Se siente “muy laurentina” y la iglesia de San Lorenzo y su barrio forman parte de su vida. “En la basílica hice la comunión y la confirmación, y como soy creyente suelo acudir a misa, además fui mairalesa del barrio”. Y llega tan arraigado este sentimiento que en su brazo luce el contorno del busto del patrón tatuado.