Huesca

VIVIENDA

Un derribo que no soluciona nada al resto de propietarios

Un matrimonio con un piso incluido en San Félix y San Voto relata su situación y, como otros afectados, se siente engañado

La demolición de San Voto, 6 tiene lugar poco después de un incendio que se supone intencionado.
La demolición de San Voto, 6 tiene lugar poco después de un incendio que se supone intencionado.
S.E.

El derribo previsto para este lunes del número 6 de San Voto no supondrá el final de los problemas para los vecinos de esta zona incluidos en el plan urbanístico para esta plaza y la de San Félix, que también afecta, entre otras, al tramo de la calle Sancho Ramírez que linda con estas plazas, en concreto, a los números 23 y 25.

Una pareja de vecinos propietarios de un piso en Sancho Ramírez afectados por el plan urbanístico aprobado hace dos décadas señala a este periódico que, conforme a lo firmado en su momento, no ven solución inmediata. Y es que, como ya señalaron en su día a este periódico otros propietarios de una vivienda -en este caso, de San Voto, 6-, los acuerdos de principios de los años 2000 suponían la permuta del piso que poseen por otro. 

Pero esa permuta no tendrá lugar “hasta que se construyan” los edificios de la Unidad de Ejecución de San Félix y San Voto, por lo que la solución del problema se ve muy lejana para la docena de pequeños propietarios incluidos en el plan y repartidos entre las plazas Sán Félix ySan Voto, y la calle Sancho Ramírez. “Nosotros no lo veremos. Viviremos 100 años y no lo veremos”, pronostica este matrimonio, que prefiere que se les cite como vecinos de Sancho Ramírez afectados por el plan.

Al igual que los propietarios de San Voto entrevistados el año pasado, estas dos personas también se sienten engañados por el acuerdo y su incumplimiento todavía 20 años después.

En el bloque de este matrimonio ha habido varios intentos de ocupación en los últimos años.
En el bloque de este matrimonio ha habido varios intentos de ocupación en los últimos años.
S.E.

Es más, la mujer añade: “A mi madre le jodieron los últimos años de vida con amenazas (por parte de la inmobiliaria) de que no le iban a dar nada y que le iban a quitar su vivienda”, heredada por este matrimonio tras el fallecimiento de la madre de ella.

El acuerdo inicial preveía la permuta de sus domicilios por otros de VPO en Santa Clara, “pero con la crisis de 2008 se fue todo a hacer puñetas y los pisos (de Santa Clara) acabaron en el banco malo, que los vendió por 30.000 euros y luego nos dijeron que fue por error”, explican.

El acuerdo se había alcanzado con Forcusa y otras dos empresas de Zaragoza. La primera “desapareció, al menos de esto”, con la crisis de 2008, mientras que las otras dos empresas “han ido cambiando de nombre desde entonces”.

En el bloque de este matrimonio, el 23 de Sancho Ramírez, hay otros tres pisos, ya sí propiedad de las empresas, cuyos impagos de la comunidad y de las actuaciones en el edificio -que sufrió intentos de ocupación- han supuesto que esta pareja haya tenido que pagar más de 2.000 euros que correspondían a las empresas.