La eficiencia energética, una prioridad a nivel europeo

La eficiencia energética es un reto prioritario a nivel europeo. Así lo refleja el documento de la Directiva de la Unión Europea 2023/1791 del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la eficiencia energética por el que se amplía el objetivo marcado en torno a la reducción de gases de efecto invernadero para, como mínimo, situarse a nivel global en un 55% por debajo de los niveles de 1990. Las directrices de la norma repercuten de manera directa en la actuación de administraciones públicas, empresas y ciudadanía, encaminadas a reducir el consumo de energía produciendo el mismo resultado, o lo que es lo mismo, dirigidas a buscar la eficiencia.

Los objetivos marcados en el Pacto Verde Europeo 2021 dieron sus primeros frutos en 2022, cuando el consumo de energía en Europa se ralentizó hasta reducirse cuatro puntos porcentuales, entre otras razones, por la invasión rusa de Ucrania, el aumento de los precios de la energía y un menor consumo por parte de particulares e industria debido a unas temperaturas más moderadas.

Así, bajo el principio de “eficiencia energética, primero”, los objetivos adoptados por el Parlamento obligan a establecer medidas concretas a nivel local, regional y nacional, entre ellas, reducir el consumo final de energía en el sector público en un 1,9 % al año, garantizar a nivel estatal que se renueven al menos el 3 % de los edificios públicos cada año hasta que transiten hacia un consumo casi nulo o emisiones cero, así como el control de sistemas de calefacción urbana eficientes.

Como aproximación al consumo energético actual a nivel nacional y autonómico, cabe recordar que según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la industria extractiva y manufacturera fueron responsables del mayor consumo, con un aumento del 27 % en 2021 con respecto a 2019. Asimismo se concluye que las ramas de actividad con mayor consumo fueron la metalurgia, la industria de la alimentación y la industria química, siendo el principal producto energético la electricidad, con un 62,4 % del consumo total del sector. En los últimos diez años, la electricidad ha sido la principal fuente consumidora, con porcentajes que han oscilado entre el 51,7 % y el 62,4 %. Le siguen el gas (26,8 %) y los productos petrolíferos (5,2 %). Por comunidades Autónomas, Aragón se encuentra en octava posición en cuanto al consumo energético en la industria, por detrás de Asturias y delante de regiones como Murcia, Castilla La Mancha o Madrid, con un consumo de 694,6 millones de euros entre electricidad, gas y productos petrolíferos.

El reto de consumir energía renovable

En aras de transitar hacia una comunidad más sostenible y cumplir con los objetivos marcados por la Directiva Europea, el presidente del Gobierno, Jorge Azcón mostró recientemente su compromiso por hacer que Aragón consuma “toda” la energía renovable que produce. En esta línea indicó que el próximo reto es que la comunidad deje de exportar y consuma la energía verde producida, lo que conllevaría -dijo- disponer de más industria, puestos de trabajo y crear mayor riqueza.

Según recoge el Boletín de Coyuntura Energética en Aragón, correspondiente al año 2021, la energía renovable predominante en el territorio es la eólica (45,3 %), la biomasa (30,6 %), hidroeléctrica (12,8 %), otras (8,4 %) y biocarburantes (2,9 %).

De los casi dos millones de tep (tonelada equivalente de petróleo) que produce Aragón, 266.433 pertenecen a Huesca, con especial producción de la hidroeléctrica (172.386 tep).