Huesca
Por
  • D. A.

Veinte años de obras

Estado de las obras de la autovía hace unas semanas desde la cruz del Estrecho Quinto
Estado de las obras de la autovía hace unas semanas desde la cruz del Estrecho Quinto
A.I.

HACE ya veinte años se puso en Monzón la primera piedra de la autovía A-22, un trazado que une la capital altoaragonesa con Lérida, una carretera que en Huesca conecta con la autovía hacia el Pirineo. Veinte años son muchos, pero los trabajos están todavía sin finalizar. El último de los tramos, entre Siétamo y Huesca, incluyendo la variante norte, acumula más de 30 meses de retraso. Debería haber estado en el verano de 2021, pero al inicio de este 2023 solo se había acometido un 40 % y aunque se trabaje a toda máquina, todavía queda mucha labor por hacer.

¿Será el 2024 el año de su inauguración? Todavía no hay una fecha marcada en el calendario, pero lo que sí está anclado en la memoria de los oscenses es su peligrosidad. Ayer de madrugada se produjo un accidente mortal tras el choque frontal de dos vehículos en la variante y no es el único registrado en este tramo en los últimos meses. En abril murió otro oscense cerca de Siétamo. Los desvíos alternativos también han dado algún susto que otro y van ya varios camiones volcados en la rotonda habilitada junto al antiguo hotel Montearagón.

En su día era el Estrecho Quinto uno de los puntos negros de la provincia. Varios radares se colocaron como medida disuasoria para que los conductores aminoraran la velocidad en este peligroso tramo que, un día sí y otro también, acaparaba titulares por los accidentes que en él se producían. Ahora es todo el tramo sin desdoblar y en obras el que supone un peligro para los usuarios. Confiemos en que con el mismo fin, el de animorar los siniestros, las administraciones urgirán que se concluyan unas obras que se adjudicaron con un plazo de 36 meses y suman ya más de 60.