Huesca

COLEGIO DE ENFERMERÍA

El sector hostelero aprende a “salvar vidas” en minutos

El Colegio de Enfermería de Huesca organizó junto a la Asociación Provincial una formación ante casos de pérdida de conciencia y atragantamientos

Mónica Betrán, enfermera e instructura de soporte vital básico inicia la sesión en colaboración con la Asociación de Hostelería
Mónica Betrán, enfermera e instructura de soporte vital básico inicia la sesión en colaboración con la Asociación de Hostelería
Laura Ayerbe

En España se producen al año alrededor de 30.000 paradas cardiorrespiratorias extra hospitalarias y cada tres horas ocurre un atragantamiento. Cuando esto sucede, por cada minuto que pasa disminuye un 10 % la supervivencia de cada persona, cuando suman cinco se producen importantes secuelas a nivel neurológico y si llegan a ocho posiblemente sean irreversibles

Así ha iniciado la sesión Mónica Betrán, enfermera e instructora de soporte vital básico y avanzado, en una formación dirigida a profesionales del sector de hostelería como resultado de la colaboración entre la Asociación Provincial del sector y el Colegio de Enfermería de Huesca, para instruir sobre el procedimiento de actuación ante casos de atragantamiento o pérdida de conciencia.

Unos conocimientos “vitales” sobre todo “ahora que se acercan las fechas navideñas”, justifica Carmen Tosat, enfermera y presidenta del Colegio de Enfermería, quien subraya que “esos diez minutos de media que transcurren hasta que llegan los servicios de emergencia son de vital importancia. Si no actuamos debidamente podemos perder una vida”. Y es que sólo un 13% de la población afirma que sabría realizar una reanimación, o lo que es lo mismo, tres de cada diez personas.

La sesión combinó una parte teórica con ensayos prácticos a través de maniquíes para entrenar la reanimación cardiopulmonar tanto en adultos como en niños, además de explicar el uso del desfibrilador externo automático (DEA) o el procedimiento para colocar al afectado en posición lateral de seguridad, un mecanismo “básico” para abrir la vía aérea y lograr la reanimación.

Uno de los primeros pasos, ha explicado Betrán, es cerciorarse de manera precoz de que se trata de una parada cardiorrespiratoria, es decir, “cuando alguien cae de manera brusca, inesperada y potencialmente reversible”. Momento en el que entra el juego los conocimientos del profesional que se encuentra en el restaurante o en el hotel para poner en práctica la cadena de supervivencia. 

En primer lugar, “saber reconocer si la persona está consciente llamándola o agitándola. Si no responde ponemos en marcha la maniobra frente mentón y aplicar el ver, oír y sentir (ver si el tórax se eleva, comprobar que entra aire y que respira)”. La postura lateral y las compresiones al ritmo y profundidad adecuados “determinan” la vida hasta que llegan los servicios sanitarios. Por otro lado, recordaron la importancia de llamar preferiblemente al 061 para una atención más directa y rápida.