Huesca

45 aniversario de la constitución

Juan Baratech: "La Constitución lo ha supuesto todo, es un modo de ser que ampara a todos”

El Fiscal Jefe afirma que la Carta Magna ha significado más que una ley de leyes

Juan Andrés Baratech.
Juan Andrés Baratech.
Javier Navarro

Juan Andrés Baratech, fiscal jefe de Huesca, sostiene que la Constitución cerró la puerta al pasado y la abrió al futuro y que, desde su promulgación en 1978, la Carta Magna o ley de leyes “lo ha supuesto todo”, conformándose como el ordenamiento en todos los aspectos de la vida: jurídico, económico, social, cultural, de valores... Y eso se logró en un contexto muy difícil con riesgos de involución y mucha agitación económica y social, pero ante la

cual se impuso el consenso.

¿Qué han supuesto estos 45 años de Constitución?

—Esta ley de leyes lo ha supuesto todo. Es un modo de ser y existir que nos ha amparado a todos. El primer contacto que tengo con la Constitución es la historia de una vida, por lo menos para personas de mi generación. Nací en 1967 y vivimos todo con mucha intensidad: los últimos años del régimen, el asesinato de Carrero, la muerte de Franco, la incertidumbre, la agitación social, los grises a caballo, las movilizaciones universitarias... Se presentía algo, que se desmoronaba algo, con incertidumbre de qué iba a pasar y sobre todo sobrevolaba la idea de involución, de volver a la dictadura, y también el miedo a una revolución. Eso se veía en la calle, pero también, y eso era positivo, una cierta esperanza. No sabíamos qué era la Ley de Reforma Política, un referéndum, las Cortes constituyentes, los carteles electorales de los partidos... y había inestabilidad económica, con muchísima inflación y la crisis del petróleo, que a España llegó tarde. Había mucha inseguridad en las calles por la heroína. Eran años que se vivían muy intensamente y vino el referéndum de la Constitución y vimos que los perseguidos podían hacer campaña electoral, los regímenes de preautonomía... El voto de la Constitución fue un punto de partida y de cierre de todo lo anterior, una época con mucha esperanza y sin ningún rencor, y eso que había muchos perdones que decir, pero fue un momento de especial ilusión. Se abrió una puerta y se cerró otra con una Constitución que nos equiparaba a Europa. Podía haber inseguridad económica pero también mucha fe en el futuro. Te das cuenta de que es mucho más que una ley de leyes. Ha supuesto más que un marco jurídico. Es el ordenamiento jurídico, económico, social, cultural, de valores... Todo lo que tenemos viene de la Constitución: los principios rectores laborales, medioambientales, de discapacidad, pensiones periódicamente actualizables, los derechos fundamentales como la educación y sanidad pública e igualitaria, la aconfesionalidad, el derecho a la información, a la expresión, el tiempo máximo que está un detenido sin pasar a disposición judicial... Por eso, la Carta Magna es esa puerta que cierra el pasado y abre el futuro. Somos constitucionalmente dependientes para bien y para mal. La Constitución es enorme y lo ha abarcado todo. En cuanto a las autonomías, por lo menos hasta ahora da cabida a todo tipo de aspiraciones. En el sistema económico, la Constitución reconoce la libertad de empresa en una economía de mercado, pero también habla de la intervención del Estado. Permite diferentes formas de economía: liberal, socialdemócrata, cierta autogestión... Y reconoce la función social de la propiedad. Se puede cuestionar (la Constitución), pero hasta hoy lo ha sido todo, nuestro modo de ser y de existir y es lo que nos ha unido a todos.

¿Qué estado de salud tiene la Constitución?, ¿qué retos afronta?, ¿está adecuada al siglo XXI?

—El desarrollo de la Constitución pasa por el desarrollo de las leyes orgánicas, por ejemplo y recientemente, con una ley orgánica sobre igualdad. Tenemos una Constitución en pleno vigor, en perfecto estado de salud y determinadas materias de derechos se desarrollan a través de leyes orgánicas.

¿Es necesario hacer algún cambio en la Constitución? De ser así, ¿cuáles?

—Alguna reforma o retoque habrá que hacer. La Constitución es rígida por sus procedimientos de reforma, pero es amplia, suficientemente amplia porque es fruto del consenso porque era el abrigo, porque era para todos. Y se nos olvida que la sociedad preconstitucional estaba profundamente dividida y que había problemas muy graves, pero que se resolvieron. El que sea rígida para su reforma también es positivo para evitar la inestabilidad.