Huesca

QUIÉN SOY

Mariama Ladiane: “Quiero realizar cambios sociales”

Es graduada en Derecho y quiere ser abogada, y desde hace un año acompaña jurídicamente a la población migrante desde la Asociación Kayleen

Mariama Ladiane en su infancia y en la actualidad.
Mariama Ladiane en su infancia y en la actualidad.
S. E.

Mariama Ladiane es muchas cosas al mismo tiempo. Es graduada en Derecho, modelo y una de las fundadoras de la Asociación Kayleen de jóvenes senegaleses en Huesca. Hace un año que desde este espacio acompaña jurídicamente a la población migrante en su proceso de acogida y con los trámites burocráticos. Estudió Derecho Internacional  en Madrid. En esta ciudad encontró su tercera casa. “Tengo diferentes casas en mi vida, Tengo Madrid, tengo Huesca, a donde sé que siempre voy a volver. Tengo también Senegal”.

Se está especializando en extranjería. Desde muy joven ha ejercicio ese ‘acompañamiento’ con su familia y entorno; mujeres y hombres migrantes que llegaron a Huesca, en su caso a finales de los 90. Acompañar a hacer trámites, rellenar formularios, “es como que me acostumbré a estar entre papeleo y procedimientos”. Esa vivencia ha definido en parte el tipo de abogada en la que se quiere convertir -una vez finalice el máster de Acceso a la Abogacía-. Pensó: “Igual que mis padres lo han vivido, otros también lo van a vivir. Yo también quiero ayudar”.

Para ello se fue a Madrid. Al tiempo que estudiaba, trabajó, de dependienta y camarera. Lo del modelaje llegó casi sin buscarlo. Empezó como figurante, haciendo publicidad, videoclips –Arriba Abajo, de Demaro Small, o Sogniamo Liberi, de Jonathan Colombo- y cortometrajes. Repasando esta época recuerda su primer desfile con su amiga Elsa, con 14 años, “en el Coso Real”.

Inmersa como estaba en terminar la carrera, llegó la pandemia. Eso la trajo de vuelta a Huesca. Encontró un despacho, Díaz Lacerda Lacasa y Malo Abogados, donde hacer prácticas. “No me imaginaba que en Huesca encontraría un lugar para hacer la pasantía. Fue increíble, me sentí muy acogida”.

Mariama tiene el ojo puesto en la práctica del derecho. “Quiero realizar cambios sociales”. Desde la asociación ejerce esa intención. Ayudando a quienes llegan pero también “a las administraciones”, porque ese acompañamiento también ayuda a “agilizar” cómo se suceden las gestiones.

Cree que el ritmo al que avanza la sociedad provoca a su vez que “nos estemos olvidando de ciertas personas” por eso quiere centrar ahí su práctica, en el ámbito de los derechos sociales y derechos humanos. Un sueño es conseguir “involucrarme en el Parlamento Europeo” y “llevar a gran escala” la labor que está haciendo ahora en pequeño desde Huesca.

Donde sea que esté, mantiene un pie en cada una de sus tres casas, a veces en Huesca, otras en Madrid, también en Thiaroye localidad próxima a Dakar, su ciudad de origen. Con el tiempo ha logrado conjugar sus dos culturas. “Es algo muy bonito”, que le ha proporcionado resiliencia, saber adaptarse, conocer diferentes entornos, “no tener miedo a descubrir”, pero también le ha obligado a resolver cierto conflicto que aparece al convivir con dos realidades, la familiar que la conectaba con Senegal y la que le daba el colegio, el instituto y las calles oscenses, algo como “no sentirse ni de aquí ni de allá”.

Si hace un ejercicio de memoria, de pequeña se recuerda “intensa”, de las “que no paran”, “que están en todo”. Su madre, dice, también la recuerda así. Ella, a sus 25 años, sigue reconociéndose en eso, “siempre leyendo, siempre descubriendo”.