MEDIO AMBIENTE
Vecinos reclaman que se limpie con más frecuencia la calle La Palma
Denuncian que los restos de orines, vómitos y excrementos tardan días en limpiarse
Varios bolardos -movibles- separan en dos partes la calle La Palma y ejercen de barrera entre el primer tramo, que va desde la plaza de La Moneda hasta el garaje del bloque de viviendas ubicado en el número 9, y el segundo discurre más abajo y tras estrecharse la calle, prosigue por un pasaje –bajo el edificio de muebles Gabarre- y finaliza en la calle Goya. Son escasos 100 metros, la parte de arriba es zona de acceso residencial y está delimitada por los pilares metálicos, la otra está dentro del perímetro peatonal, y entre ambas la diferencia más notable es la basura y otros despojos que se acumulan en el suelo.
La situación se agrava especialmente tras los fines de semana cuando quedan restos de orines, vómitos, a los que se suman los excrementos de animales que día a día los dueños “olvidan” recoger, y el tramo más afectado por estos problemas es la zona baja de la calle. En ocasiones, especialmente el verano, el olor llega a ser desagradable.
Quienes residen en esta calle, o pasan a diario por ella lamentan el mal estado que presenta, especialmente por la suciedad y la mala imagen que ofrece tanto a oscenses como a visitantes.
Varios vecinos, han comentado a este periódico, que incluso en alguna ocasión se han dirigido a los operarios de limpieza para afearles la situación, pero por contestación han recibido excusas la mayoría de las veces, y otras les han hecho caso y se han esmerado en mejorar el aspecto.
Tras contactar con el Ayuntamiento, desde el servicio de Medio Ambiente, han indicado que “hay un refuerzo en fin de semana, a diario pasa un barrendero por la zona realizando un trabajo manual y que se limpia con agua todos los martes”. Si bien añaden que “la bajada es privada”.
Por su parte, desde Muebles Gabarre, especifican que ellos son dueños “del edificio que pasa por encima” pero que no tienen “ninguna responsabilidad en el pasaje” y hablan de “dejadez” en ese espacio que, remachan, “suele estar más veces sucio que limpio”.
Los vecinos insisten en la necesidad de que “se dedique a la zona una mayor atención y la limpieza se realice con mayor asiduidad e intensidad”.
Y alertan también de otro problema añadido que sufren casi a diario, la presencia de alguna moto o bicicleta aparcada junto a una pared, que les dificulta la entrada y salida del garaje o el toparse con vehículos de carga y descarga que en lugar de pasar al otro lado del bolardo para no molestar, bloquean la entrada.
