Huesca
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  • Diario del Alto Aragón

Una sangría que no para

La sangría que no para
La sangría que no para
D.A.

EL CAMPO aragonés pierde cada año más de 200 profesionales, agricultores y ganaderos que abandonan un sector duro pero primordial para la economía. Así lo hizo constar ayer el sindicato Uaga en el balance de un año agrícola marcado por la sequía que, por segundo año consecutivo, ha afectado al Alto Aragón mermando su producción, sobre todo en las comarcas más al sur de la provincia. En una provincia que es más ganadera que agraria, si se habla producción, con un 76 frente a un 24 % según los datos del sindicato, la escasez de agua ha marcado el año que ahora se cierra junto a una PAC que no acaba de encajar.

Pero esa “sangría que no para” en el campo aragonés, como la describieron, es uno de los aspectos que más duele en este sector primordial, el que nos da de comer, el que nos ofrece ese producto muchas veces de cercanía que tanto aprecian nuestros paladares y que está obligado a cumplir con unas rigurosas normas de trazabilidad y otros papeleos que viene a sumarse a sus 24/7 de trabajo a la semana.

 De arriba tienen que llegar esas medidas o tal vez modificar las actuales que parecen que no encajan (por la nueva PAC) y que les ayuden a sostener una actividad primordial; no solo porque nos den de comer y aporten las materias primas, sino también por su labor con el paisaje o su contribución cultivando unas tierras en la prevención de incendios.

El ciudadano también puede poner su granito de arena poniendo en valor su trabajo y consumiendo ternasco de la tierra, que no cordero austral, fruta del Bajo Cinca o tomate de las huertas del Somontano en lugar del que viaja desde el otro lado del estrecho.