Huesca

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La hoguera de San Antón vuelve a prender en la plaza Santa Clara

Varios cientos de oscenses se han reunido alrededor del fuego en la tarde de este sábado

Numerosos oscenses contemplaron la hoguera y se calentaron con sus llamas.
Numerosos oscenses contemplaron la hoguera y se calentaron con sus llamas.
Laura Ayerbe

El barrio de San Lorenzo ha vuelto a cumplir este sábado con la tradición, y la hoguera de San Antón ha caldeado -en una tarde no excesivamente gélida- el ambiente y a los varios centenares de oscenses de todas las edades que se han dado cita en la plaza San Clara.

Una gran pila de troncos aguardaba amontonada cerca del lateral de la calle San Lorenzo, y las encargadas de prender la mecha han sido Lorena Orduna, alcaldesa de Huesca y la presidenta de la comisión de fiestas, Lorena Garvín.

En tan sólo unos segundos las llamas habían alcanzado lo alto de la estructura, y el calor se ha empezado a notar en todo el entorno. Mientras, los gaiteros amenizaban al personal y más de uno se ha dejado llevar por la música y ha empezado a bailar.

Y poco a poco, mientras el fuego iba consumiendo la madera, muchos de los asistentes se han ido colocando en la fila para recoger las patatas asadas acompañadas por un vaso de vino.

De la comisión de fiestas se mostraban muy satisfechos de “haber podido recuperar la actividad al completo este año”, ya que se trata de una cita “que une mucho como ciudad y como barrio”, y además estaban “muy contentos por la acogida”.

En total se habían asado 500 kilos de patatas para repartir entre los presentes y este domingo continuarán los actos con la bendición de animales. Además se mostraron confiados de que acuda mucha gente a almorzar, donde se degustará “panceta, chorizo y longaniza”.

Amelia Aznar, lleva “toda la vida en la comisión”, y era una de las encargadas del reparto de las patatas. Para ella esta celebración “es una oportunidad de ver a gente que acude todos los años” y valoraba de forma muy positiva la asistencia de los oscenses y el “ambiente tan majo que se forma”.

También destacaba que “gracias a la incorporación de gente joven se están haciendo muchas cosas en el barrio”.

En la fila esperando, casi la primera, estaba Mónica una mujer inmigrante que ya había acudido en otras ocasiones a la hoguera. Iba acompañada de varios niños pequeños y los había llevado con el objetivo de que “se vayan integrando en las tradiciones de la ciudad en la que viven”.

Otras dos mujeres, afirmaban que “es una buena tradición” y admitían que pese a ser un acto de invierno en la calle “pasar un poquito de frío compensa con tal de venir”, ambas son habituales de este acto y Begoña contaba que ya lleva acudiendo como “ 20 o 30 años” y en el caso de María Angeles, aunque reside en Casteflorite, hace todo lo posible por asistir.