Huesca

TRADICIONES

Agua bendita por San Antón para proteger y cuidar a los animales

La festividad religiosa se conmemora el 17 de enero pero este domingo se ha celebrado el tradicional acto en la plaza Santa Clara

San Antonio Abad (Heracleópolis Magna, Egipto, 251–Monte Colzim, Egipto, 356) era un hombre con muchos bienes que lo dejó todo a los pobres para irse a vivir en soledad al desierto. Ha pasado a la historia como San Antón y descubrió la sabiduría a base de observar a los animales y el amor divino a través de la naturaleza.

Según cuenta la leyenda, un cerdo salvaje le acompañó toda su vida después de que el santo hiciera el milagro de devolverles la vista a sus jabatos. Por eso su imagen se representa con un marrano domado a sus pies. Primero se convirtió en el protector de los gorrinos y más tarde de todos los animales domésticos y de los de establo.

Cada 17 de enero se conmemora su festividad y cumpliendo con la tradición, en esas fechas, se procede a rociar con agua bendita a los animales para que les cuide y les proteja.

En Huesca, el barrio de San Lorenzo y en concreto la plaza de Santa Clara acoge cada año este acto, al que acuden numerosos oscenses con sus mascotas de todo tipo, y este 2024 se ha celebrado este domingo con la presencia mayoritariamente de perros, pero también ha habido caballos, algún conejo, gatos y otros.

La actividad ha comenzado a las 10:00 cuando un grupo de “unos 15 voluntarios” ha empezado a freír los “10 kilos de longaniza y otros tantos de chorizo y unos pocos menos de panceta”, que acompañados de “60 kilos de pan y vino” se repartieron entre los presentes para almorzar. Desde la comisión de fiestas del barrio, su presidente, Lorena Garvín decía estar “súper contenta” por como había ido la hoguera del día anterior y la acogida del acto de este domingo. Destacaba que en ambas citas “ha habido muchísima gente” y resaltaba que “la fiesta está volviendo a coger impulso”.

A las 11:00, en el convento se ha celebrado la misa, a cuyo término se ha bendecido torta que también se ha repartido entre los presentes y ha llegado el turno del ritual.

Entre quienes se encontraban con su animal estaba el concejal José María Veintemilla quien había acudido con Atos, la mascota que le regaló su hijo hace un año, un perro de raza akita.

A dos pequeños canes, Cheste y Geti, no era la primera vez que sus dueños, Chencho y Conchi, los llevaban a la plaza. A ambos esta cita les parece “muy bonita” y les gusta acudir para que “los perros estén un poquito protegidos”. Tirita iba en brazos de Natalia que desde hace tres cumple con esta “tradición”.

Desde Hípica Salas había 30 jinetes con sus caballos y Alfredo Estaún comentaba que les gusta participar porque también es “una forma de mostrar a los animales”.

A sus 5 años Martín iba acompañado de “un conejo de dos meses” y Violeta, de 10 años, había acudido con Chiqui, su tortuga.