Huesca

festividad del 22 ENERO

Los oscenses cumplen con la tradición del día de San Vicente

Tras la misa en la catedral y no ha faltado el reparto de naranjas y la Ronda Folclórica ha estado marcada por el recuerdo al jotero Jorge Martín

Vista del altar mayor de la catedral durante la misa en honro a San Vicente.
Vista del altar mayor de la catedral durante la misa en honro a San Vicente.
Laura Ayerbe

La catedral de Huesca se ha llenado en la mañana de este 22 de enero para honrar a San Vicente, el copatrón de la cuidad, en una misa oficiada por Vicente Jiménez, el administrador apostólico de Huesca; que ha contado con la participación de la Coral de Santo Domingo y la presencia de la mayor parte de los representantes municipales.

La principal novedad del acto religioso de este año ha sido el cambio de emplazamiento debido a la gripe, ya que esta eucaristía se suele celebrar en la iglesia de San Vicente Mártir y este año ha tenido lugar en la seo oscense dada su mayor amplitud.

Poco antes de las 11 de la mañana se empezaban a ocupar los bancos, las mairalesas retocaban sus atuendos con traje regional antes de entrar al oficio, y apenas han quedado asientos vacíos. Los últimos en llegar han sido los miembros de la corporación municipal, encabezados por Lorena Orduna, la alcaldesa, que acompañados de los timbaleros han recorrido con gran solemnidad la distancia que separa el Ayuntamiento hasta la puerta principal de la catedral.

En la homilía Jiménez ha recordado la figura de San Vicente, uno de los tres primeros diáconos junto a San Lorenzo y San Esteban, y ha reseñado que los dos primeros son venerados en Huesca. Y uno de los momentos más emotivos ha sido cuando la coral, dirigida por Laura Duque, ha interpretado el himno de San Vicente.

Al término, gran parte de los presentes han tardado en abandonar el templo y han hecho fila para pasar ante la reliquia del santo. Después, los ediles han repetido el mismo ceremonial hasta el consistorio.

En el lado izquierdo del altar, sobre una pequeña peana, también destacaba un busto en plata del copatrón junto al que también se han fotografiado muchas personas.

Lorena Orduna hacía una pequeña valoración de cómo había comenzado la mañana afirmando que “la asistencia a la misa en la catedral ha sido muy multitudinaria después de su traslado por motivos de salud”, “se ha llenado y ha sido un acto muy bonito”, añadía. Y remachaba que “el balance de esta mañana es igual de positivo que en la hoguera”.

Ronda jotera y reparto de naranjas

Los actos programados han continuado en el Coso Alto, en su habitual lugar de celebración con la Ronda Folclórica, que este año les tocaba realizar a Estirpe de Aragonia y Santa Cecilia.

Antes del comienzo de la misma Noemí Lanaspa, presidenta de Estirpe, -visiblemente emocionada- ha indicado a este periódico que iban a dedicar la actuación a “Jorge Martín tristemente fallecido el sábado”.

Entre el grupo de joteros también se encontraba Roberto Ciria quien acudía a esta cita para compartir “una tradición que ya va arraigada a la fiesta de San Vicente” con sus antiguos compañeros de Estirpe, y comentaba que era la primera vez que vivía la ronda por la mañana ya que “hasta hace dos años siempre era por la tarde”.

Ya formando corro los joteros y situados de frente a la Costanilla Lasatanosa bajo la atenta mirada de la figura de San Vicente, comenzaron a sonar los primeros compases de los instrumentos y se entonó la primera copla: “Es el eco de una jota, que nos llega desde el cielo, la voz de Jorge Martín cantando al peregrino, cantando al peregrino, es el eco de una jota”, y mientras los presentes aplaudían los ojos de más de uno se han enrojecido al recordarlo.

La siguiente en salir ha sido la pequeña Julia Barlés, alumna de Estirpe que a sus 7 años y con enorme gracia dedicaba una jota a San Vicente y cautivó con su gracejo a todos. Después, durante más de media hora seguieron actuando miembros de ambos grupos.

A la par, este tramo del Coso seguía de par en par, los unos escuchando a la rondalla, los otros comentando la buena mañana que se había quedado tras la desapacible tarde del domingo.

Y además eran muchos los que accedían al interior de la iglesia de la Compañía para recibir una naranja bendecida que les cuide la salud.