Un adelanto que puede ser una condena y que ya causa la mayoría de bajas
El estrés tecnológico va en aumento y los sindicatos piden regulación y control ante el uso de dispositivos en el trabajo
El arco y las flechas fueron un gran avance para cazar. Pero cuando se empezó a apuntar -y disparar- a otras personas, la cosa cambió. Algo similar ocurre con las nuevas tecnologías aplicadas en el trabajo. Totalmente necesarias, sí, pero también ya una de las principales causas de las bajas laborales, según un informe de Com Salud con motivo del Día Mundial de la Concienciación sobre el Estrés. Y además, este estudio -que recoge a su vez las conclusiones de otros análisis- añade que las nuevas tecnologías mal usadas también son uno de los factores que ocasionan bajo rendimiento en el trabajo.
Y los sindicatos mayoritarios coinciden: la necesidad de estar conectado de manera instantánea todo el día, la dificultad -a veces, imposibilidad- de desconectar fuera del horario laboral o, en general, la aceleración de los tiempos que han causado las nuevas tecnologías, o más bien la falta de medidas correctoras de estos hechos, ha ocasionado un incremento de bajas laborales por estrés y ansiedad, lo que ha venido a llamarse “tecnoestrés”.
Teléfonos que no paran de sonar, un goteo incensante de correos electrónicos o el zumbido constante del Whatsapp son el pan de cada día en cada vez más trabajos. Y muchas veces, lejos de incrementar la productividad, el tener que hacer dos tareas a la vez -el “multitasking” en lenguaje moderno- hace que ambas vayan más lentas.
Y todo eso tiene consecuencias claras. El ictus y los infartos son ya la primera causa de siniestralidad laboral con resultado de muerte, indicó José de las Morenas, secretario de Salud Laboral de UGT, quien no dudó en ligarlo con “el estrés, la fatiga tecnológica y la tan necesaria falta de desconexión” en horario no laboral.
Luis Clarimón, responsable de Salud Laboral de CCOO, apuntó que cada vez hay más bajas por estrés y aunque no todas sean atribuibles al mal uso de las tecnologías -“también las hay por el tipo de organización”, precisó-, “la mayor carga de trabajo, el trabajo a presión y la aceleración de los tiempos que ha supuesto la digitalización” están detrás del incremento.
Tanto De las Morenas como Clarimón exponen, en base a “numerosos estudios científicos”, que los humanos tenemos por naturaleza unos ritmos que no son compatibles con la instantaneidad constante. “Estar permanentemente con pantallas reduce la concentración y la memoria, y todos lo vemos”, afirmó Clarimón.
