Huesca

Droga, dinero y más cosas, lo que queda olvidado en garajes y zonas comunes

Quienes como Luis Pardo se encargan de las limpiezas en edificios no dejan de sorprenderse

Luis Pardo junto a su compañera Madalina mientras realizaba la limpieza de un garaje.
Luis Pardo junto a su compañera Madalina mientras realizaba la limpieza de un garaje.
D.A.

Ya casi nada les sorprende cuando acuden a realizar la limpieza de garajes y zonas comunes en comunidades de vecinos, a lo largo de los años se han encontrado de todo, pero sigue habiendo días en los que, en el rincón más inesperado, encuentran lo más inverosímil y exclaman un “no puede ser”.

Luis Pardo, lleva dos décadas trabajando en la empresa que puso en marcha su madre, Limpiezas Yarli, y el pasado viernes mientras se encontraba con una compañera realizando un trabajo en el aparcamiento de un bloque de viviendas comentaba que la mañana estaba siendo “tranquila”.

Tan solo habían tenido que retirar “restos de comida y bebida olvidados tras una de las plazas del garaje”, y añadía que es algo habitual, “mucha gente deja cosas, todo tipo de objetos alrededor de su espacio e incluso algunos lo utilizan casi de trastero”, algo que recordaba “es ilegal”. Y lo peor, continuaba, “es que a veces hay cosas inflamables”.

Junto a su compañera Madalina, habían acudido a primera hora para desarrollar un concienzudo trabajo que consistió en “soplar la rampa y la entrada, aspirar todo el recinto, desinfectar con ozono y aplicar desengrasante en las zonas con restos, y pasar la máquina”.

A mediodía se afanaban con los grafitis, “cada vez hay más en todos los sitios” decía Luis que calificaba este problema como “muy grave” y relataba que cuando los quitan, “en cuestión de semanas aparece otro nuevo”, “es exagerado”, concluía.

Respecto a las situaciones inimaginables a las que se ha tenido que enfrentar citaba varias, que pasan por “estar limpiando un portal y de pronto estar en medio de una pelea, en la que había sangre” ante lo que tuvo que dar aviso a la Policía. Y también alertó a los agentes cuando en un bloque viviendas encontró “una pila de bicicletas robadas”.

Pero sin duda “lo más surrealista” con lo que se ha topado fue “un día en el que apareció un alijo de marihuana detrás de un colchón”, y añade, “la Policía dijo que valía un dineral”. Y una vez recogió de detrás de una columna “un pequeño fajo de billetes”.

Después de una noche de fiesta universitaria, cuando acudieron a limpiar interrumpieron “a una pareja en su momento más apasionado”.

“Animales muertos de todo tipo, cachorros de gato abandonados por sus madres tras dar a luz..., aparece de todo”, recalcaba Luis, quien también hablaba de la falta de civismo de algunos personas. “No retiran los coches cuando hay que hacer la limpieza” e incluso le ha llegado a pasar que mientras estaba trabajando, “han tirado una colilla” al pasar junto a él.