Casi la mitad de los posibles perceptores del IMV trabaja pero con salarios que no sacan de la pobreza
Un estudio estatal, en el que está Perpetuo Socorro, ha analizado por qué muchos potenciales beneficiarios no lo piden y detecta trabajadores pobres
“El fenómeno de la clase trabajadora empobrecida”, es decir, trabajar por un sueldo que no te saca de la pobreza. La idea, que hasta hace unos años solo se aplicaba para países latinoamericanos -“el empobrecimiento de la clase media”-, aparece con cada vez más frecuencia en los estudios que se hacen en España desde hace más de una década. Un ejemplo reciente es el estudio que se hace sobre el Ingreso Mínimo Vital (IMV) en los 400 barrios “en situación de pobreza severa” de España, entre los que se encuentran el Perpetuo Socorro de Huesca y el casco histórico de Monzón, donde los ingresos por unidad de consumo son inferiores al 40 % de la media.
En este informe, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) para el Ministerio de Inclusión con fondos europeos, se analiza por qué tantas personas que cumplen los requisitos del IMV no lo han solicitado.
Trabajar y necesitar aun así el Ingreso Mínimo Vital
En Aragón, y a la espera de las conclusiones definitivas que se presentan en marzo, el 45 por ciento de estas personas que cumplen los requisitos para el IMV pero no lo han pedido, “se encontraba en situación de empleo. Sin embargo, seguían precisando de apoyo económico, dejando constatar el fenómeno de la clase trabajadora empobrecida”, indican desde la Red Aragonesa de Entidades Sociales para la Inclusión, encargada de realizar el informe en la comunidad.
El análisis también evidencia otra realidad, “la feminización de la pobreza”, ya que el 84 por ciento de las personas que podrían percibir el IMV pero no lo han solicitado, son mujeres.
El estudio de EAPN-ES también indica que el 80 % de las unidades de convivencia en esta situación tenían menores a cargo y el 20 % restante era familias unipersonales, señala la Red Aragonesa.
Por otra parte, la inmensa mayoría de estas personas tiene nacionalidad española (65 %). El porcentaje restante se distribuye entre África y Latinoamérica.
En cuanto al perfil de estas personas, un quinto apartado analizado es el referido al régimen respecto a la vivienda, detectándose que el 77 % está de alquiler frente a un 20 % con vivienda propia (bien de herencia, bien de compra). El 3 % restante se encuentra “en otras situaciones habitacionales para las que fue preciso la expedición del informe de vulnerabilidad de Servicios Sociales”.
No percibirse como uno de los beneficiarios
EAPN-ES también ha indagado sobre los motivos por los que la gente que podría beneficiarse del IMV no lo está haciendo, y la principal barrera que se ha observado es que en el 80,8 % de los casos, “la persona no se autopercibe como potencial beneficiaria”.
Este porcentaje se divide entre un 67,3 % que desconoce que el Ingreso Mínimo Vital se puede compatibilizar con las rentas de trabajo y con otro 13,5 de personas que cree que no cumple con los requisitos para acceder a esta ayuda.
Otro gran tipo de barrera por el que las personas no están pidiendo el IMV son las relacionadas con la “insuficiencia de contacto presencial e interacción positiva con la entidad gestora” y “la brecha digital”, señalan la desde la Red Aragonesa.
Estas barreras se completan con el desconocimiento de la prestación (7,7 por ciento), en concreto con el Complemento de Ayuda para la Infancia (Capi), y con otro 5,8 % que tiene dificultades con los trámites y documentación, así como con la comprensión del procedimiento.
Catorce solicitudes nuevas
Este trabajo buscaba en primer lugar saber las razones por las que hay personas que se están quedando fuera del paraguas del IMV pese a estar en una situación que lo hace beneficiario.
El otro propósito era fomentar las peticiones de estas personas y en el barrio del Perpetuo Socorro se ha logrado que 14 personas lo soliciten.
