Los estereotipos, una barrera para que la ciencia se feminice

Dentro de los actos programados en el Campus de Huesca con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, este lunes se han presentado los trabajos realizados en el marco del proyecto europeo ‘Steam4Girls’, que analiza en la población juvenil los factores culturales y estereotipos que explican la menor presencia de mujeres en las disciplinas científicas o tecnológicas.

Investigadoras de Unizar, de Huesca y Zaragoza, desarrollan en España este estudio que también se realiza en Italia, Grecia y Turquía. Las profesoras Raquel Lozano y Marián Bravo han explicado su contenido en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, en un acto en el que ha estado presente Javier Zaragoza, el decano del centro.

Lo primero que pusieron en contexto es la base del sistema Steam, que busca educar a los estudiantes en cinco disciplinas: Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas, áreas en las que “habitualmente la presencia femenina es menor”.

Y han desglosado las principales conclusiones que se han extraído de estos trabajos. “En España las mujeres tienen menor motivación para aprender ciencia, además ellas no se sienten capaces para realizar estas tareas puesto que son más autoexigentes y muy críticas consigo mismas” y también, han concluido “están sujetas a muchas presiones”.

Ante esta situación la prioridad ha de ser “romper los estereotipos y fomentar la autoeficiencia, que pasa porque crean en ellas mismas”.

Raquel Lozano, docente en el campus oscense, ha indicado que “el estudio se ha realizado en una doble vertiente, primero se ha evaluado la situación de las niñas y las mujeres en la ciencia, porque no había nada con lo que comparar, y tras este análisis se va proceder a la intervención para intentar revertir la situación”.

Y una de las herramientas que se va a emplear es “la puesta en marcha de un ‘scaperoom’ que tendrá como protagonistas a cinco mujeres que han sido un referente”.

El ámbito docente, han añadido, “es otra de las líneas de trabajo para intentar dar respuesta a estas variables” y abogaron además por “contar con un manual de buenas prácticas” y “por ofrecer en la escuela modelos de referencia que les sirvan de ejemplo”.

En el estudio participaron 376 estudiantes, “211 eran niñas y 165 chicos, con edades comprendidas entre los 11 y 25 años”, han explicado.