El Rey disfruta en Formigal del mejor fin de semana de la temporada
Felipe VI regresa al valle de Tena seis años después con amigos de su círculo más íntimo
Vestido de negro, acompañado de varios amigos y del director ejecutivo del grupo Aramón, Antonio Gericó, el rey Felipe VI disfrutó ayer de una de sus pasiones, el esquí, en la estación de Formigal y lo hizo en el que es, hasta ahora, el mejor fin de semana de la temporada.
Ante la sorpresa de muchos esquiadores, el Rey llegó en torno a las 10 de la mañana al parquin de Sextas. Algunos deportistas conocían la presencia de su majestad, pero otros, se sorprendieron al verle llegar cargando sus esquís y guardando cola como uno más para coger el primer remonte y poder deslizarse por las blancas laderas del valle de Tena, una estación que no visitaba desde hace seis años. Hay quien, incluso, aprovechó esos momentos de la cola para poder hacerse un selfie con él.
La suerte le está acompañando en este viaje privado a la nieve. A él y a los miles de esquiadores que han elegido el Pirineo aragonés. Y es que puede que éste sea el mejor fin de semana de la temporada. Las últimas borrascas han dejado la estación en unas condiciones impresionantes, con casi todo el domingo abierto, un total de 137 kilómetros en la cabecera del valle de Tena, y por fin, y en fin de semana, luce el sol.
Su majestad, vestido con un traje de Descente negro -la marca habitual que suele lucir en sus escapadas a la nieve-, gafas Bogner, botas de Nordica y esquís Elan, se deslizó por las pistas tensinas recorriendo toda la estación, desde Sextas a Portalet. En la estación, según recoge la agencia Europa Press, se encontró con Jorge Azcón, presidente del Gobierno de Aragón que también está esquiando estos días en Formigal. El líder del ejecutivo aragonés aprovechó para invitar al monarca a regresar a los centros invernales de la comunidad autónoma.
En su jornada de esquí, el Rey repuso fuerzas en la cabaña de La Glera, un restaurante situado a más de 2.000 metros de altitud, en una zona virgen -sin remontes- al que se llega con el esquí ratrack y en el que degustar, al igual que la noche anterior en el restaurante Casa Martón de Sallent, productos kilómetro cero. A última hora de ayer, disfrutaba de la gastronomía aderezada con música en directo en el M the Club, en la urbanización de Formigal.
Con López-Quesada y su primo Beltrán
Una vez más, su escapada a la nieve ha vuelto a ser con amigos, acompañado de Pedro López-Quesada y su primo Beltrán Gómez-Acebo, ambos de su círculo más íntimo. Y es que hace ya casi ocho años que a la reina no se le ve en pistas calzándose los esquís. Aprendió, cuando todavía eran novios con el ahora Rey, de la mano de Eduardo Roldán, quien fuera director de Candanchú y presidente de la RFDI e íntimo amigo de don Juan Carlos. Pero no ha acabado de calar en ella el deporte blanco. El Rey, sin embargo, lo ha vivido desde pequeño. A su hija la Princesa Leonor también se la vio recientemente en la estación de Astún durante unas prácticas militares en montaña que formaban parte de su formación en la Academia General Militar de Zaragoza.
