Huesca

SOCIEDAD

Cruz Roja inaugura su nuevo centro de refugiados apostando por la integración

El espacio habilitado se encuentra en el antiguo Espacio Ibercaja Castillo de Montearagón

Mariane Marié, una de las refugiadas a las que ayuda Cruz Roja.
Mariane Marié, una de las refugiadas a las que ayuda Cruz Roja.
Cruz Roja

Cruz Roja Huesca ha inaugurado este jueves, coincidiendo con el Día Internacional de lucha contra la discriminación racial, su nuevo centro para personas refugiadas, ubicado en el antiguo Espacio Ibercaja Castillo de Montearagón, unas instalaciones desde las que esta entidad quiere impulsar una “integración real”.

Bernardo Mas, presidente provincial de Cruz Roja, ha explicado que el traslado se ha llevado a cabo por una cuestión de espacio. El programa de Refugiados de Cruz Roja arrancó en Huesca en 2018 con un equipo de cuatro profesionales que atendían a unos 20 usuarios. “Por necesidades de la sociedad internacional el número de migrantes que llegan a nuestro país va aumentando. Los conflictos se superponen y ha ido aumentando el volumen de personas que atendemos”, ha señalado.

De esta forma, Bernardo Mas ha indicado que se tuvo que dejar un espacio autónomo en la sede provincial de Cruz Roja para el programa de refugiados. Al ir aumentando las necesidades se fue incrementando el personal “y nos hemos visto obligados a encontrar un nuevo espacio que en el futuro queremos que esté abierto a la ciudadanía para que se produzca esa integración real entre la sociedad oscense y los migrantes, las personas usuarias del programa”. Teresa Aso, responsable del programa de Acogida e Integración de Solicitantes y Beneficiarios de Protección Internacional, ha aportado algunos datos. El programa tiene tres fases. En la de evaluación se atienden actualmente a 35 personas en el centro de Alcalá de Gurrea. En Huesca capital se asiste a 43 en la fase de acogida temporal, “que es cuando pasan ya a los pisos y al centro con Cruz Roja en un itinerario en el que están como máximo 18 o 24 mees”.

Una vez que los refugiados logran la protección internacional, si es que les es concedida, pueden pasar a un piso de su titularidad, de alquiler, fase en la que se topan con una situación “complicada”, por lo que hizo un llamamiento a vencer “miedos que dependen de lo lejanos que los veamos”.

Por su parte, Mariane Marié, una de las refugiadas a las que asiste Cruz Roja, natural de Venezuela, explicó que llegó a España el pasado noviembre junto a su esposo y su hijo de dos años, ambos colombianos. Tras dejar su país por motivos políticos y Colombia por su inseguridad, al ver en peligro su integridad física, han solicitado protección internacional. Apuntó que “todo lo que ofrece Cruz Roja hace que uno como refugiado se sienta acompañado, no solo en lo material, también por el apoyo moral y la empatía que tiene el personal, de ponerse en tus zapatos, de un abrazo o de unas palabras de aliento”, ha dicho agradecida.