Huesca

SEMANA SANTA

Los fieles arropan al Cristo Yacente tras suspenderse el Santo Entierro en Huesca por la lluvia

La Veracruz ha esperado a las 18:30 horas para confirmar la decisión y en su lugar ha celebrado un acto solemne en la Iglesia de Santo Domingo

Suspendida la procesión del Santo Entierro en Huesca debido a la lluvia
Suspendida la procesión del Santo Entierro en Huesca debido a la lluvia
Javier Navarro

Era de esperar. Los avisos de alerta naranja de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) por riesgo de tormentas y chubascos en el centro de Huesca amenazaban desde primera hora de este viernes la procesión "más representativa" de la Semana Santa: el Santo Entierro, que finalmente ha sido suspendida. José Luis Gómez, portavoz de la Archicofradía de la Veracruz reconoce que su cancelación era previsible y que prácticamente "no había esperanza" aunque ha sido a las 18:30 horas cuando se ha comunicado la decisión definitiva, media hora antes del que debiera ser el inicio de la tan esperada procesión. En su lugar, la Iglesia de Santo Domingo y San Martín ha acogido un multitudinario y solemne acto similar al final de la procesión con la entrada del Cristo Yacente en centro del templo, custodiado en todo momento por la Guardia Civil.

Más de un centenar de fieles se han acercado finalmente hasta la Iglesia en una tarde lluviosa para asistir al encuentro, convocado para las 19:30 horas, tras confirmarse la decisión. Así,  la entrada de los romanos y del Cristo Yacente, que ha permanecido en el altar mayor, ha marcado el inicio del acto religioso, con la presencia de autoridades civiles y militares. Entre ellas, la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna y el teniente coronel José Enrique Cordobés. En el templo, los Ministriles han hecho sonar la música de de la Semana Santa oscense mientras que un coro de sibilas ha cantado al unísono en el inicio de la ceremonia. Tras los cantos, la oración de un sacerdote rendía culto al Cristo Yacente y compartía la devoción con el resto de asistentes.

Gómez reconoce que se siente "pena" tras cancelar una procesión con tanto significado para los fieles, sin embargo, recalca que por encima está el deber de salvaguardar el patrimonio cultural. La amenaza por lluvias y por consiguiente, la cancelación del acto estaba prácticamente asegurado desde la mañana de este viernes. Sin embargo, priores, carreteros y miembros de la archicofradía volvieron a reunirse como cada año, como marca la tradición, a las 16:30 horas para la usual preparación de los pasos. 

"Con la lluvia y las pedradas de por la tarde ya era evidente que no íbamos a poder salir. Esperemos a hacerlo oficial porque ya habíamos hablado con las bandas y era algo que prácticamente estaba claro", explica el portavoz. Se siente "tristeza" porque se trata de "veinte pasos que sacas a la calle, el momento en el que se juntan todas las cofradías y en el que más gente participa, en el que pones todo el patrimonio artístico en el que trabajas todo el año, pero no puedes jugarte todo ese patrimonio por el capricho de salir", defiende Gómez, quien recuerda en especial a las bandas de tambores por su esfuerzo.  "Llevan cinco o seis meses ensayando en festivos, tardes y noches e invirtiendo tiempo que podrían estar en familia para salir a la calle en la procesión. Les duele más que a nosotros aunque nosotros estemos más tiempo aquí", señala.

"Nunca había visto un año igual de suspender tantas procesiones, pero no ha habido más remedio", sentencia. Ahora, la vista está puesta en el domingo 31 de marzo para la última procesión de la Semana Santa, la del Cristo Resucitado y la Virgen de la Esperanza, a las 11:00 horas con salida en la Iglesia de Santo Domingo.