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Alegría, más ventas y capazos en la vuelta del mercadillo a Ramón y Cajal

La pandemia y las obras en el paseo han castigado durante más de cuatro años a unos ambulantes que ya respiran más aliviados

Vuelta del mercadillo a Ramón y Cajal, este sábado.
Vuelta del mercadillo a Ramón y Cajal, este sábado.
Laura Ayerbe

Ya quedan lejos los sábados en los que el mercadillo no reunía a más de 10 puestos en la explanada de San Jorge porque no lograban cubrir gastos. Por fin, el trasiego ha vuelto a Ramón y Cajal tras más de cuatro años de espera -dos de ellos de retrasos y dificultades administrativas-.

Vendedores ambulantes, ciudadanía y comercios de la zona lo han agradecido de enorme manera. Especialmente los primeros, que denunciaban que durante el tiempo en el que han desarrollado su actividad lejos del paseo las ventas cayeron más de un 70 %

Por si fueran poco las obras en Ramón y Cajal, estas coincidieron con la pandemia, una combinación letal que ha llevado a que solo queden 36 de los 59 puestos que había (un descenso del 40 %).

Todo ello ha llevado a que nadie se quisiera perder la cita de este sábado, que ha servido como punto de encuentro y como excusa para salir a alparcear. Para Raúl Restrepo, representante del mercado de Huesca, la mañana ha sido "una maravilla" por el ambiente que ha habido. 

Sus puestos son "generadores de público" ya que tienen la capacidad de "despertar la curiosidad de toda la población". Por ello, Restrepo destaca que los mismos comerciantes y hosteleros de la zona también pedían su vuelta a este punto "estratégico" de la ciudad.

Todavía quedan algunos flecos, como la adaptación de un aparcamiento para sus furgones, pero el representante de los ambulantes se muestra "muy agradecido" con la gestión del equipo de gobierno. "La administración ha cumplido de una manera fabulosa y se ha tomado muchas molestias", ha subrayado.

"Aquí te vas a encontrar a medio Huesca"

La novedad y el agradable tiempo han hecho que en el mercadillo de este sábado se diera cita "medio Huesca". Era uno de los aspectos que más se comentaba junto con la animación que ha generado el retorno de las paradetas. 

"Por poner un ejemplo, antes venían unas 200 personas, y al estar en Ramón y Cajal hoy habrá 2.000" calcula Emilio, vendedor ambulante. Destaca que, además de vender más, se nota "la alegría que tiene el mercado, porque antes no se veía prácticamente gente".

Una parte del mercado, la más cercana a la confluencia con la avenida de los Danzantes, ha notado más el aire. Algunas prendas volaban, había que recolocar los carteles con los precios y se movían algunas estructuras. Aunque no era problema en una mañana especial como la de hoy, en puestos como el de Enrique se hacía algo más molesto: "Es lo único, por lo demás estamos muy contentos". Más público significa siempre más ventas después de haber estado años "fatal", en una ubicación a la que la gente "no se acercaba". 

Los compradores coinciden completamente. Sandra cree que esta ubicación "es mucho mejor para la gente mayor y para toda la ciudad ya que está en el centro". "Antes tenías que desplazarte, y yo creo que hoy mismo ya se ve la diferencia", explica. Igualmente, se anima a la hostelería ya que "otros sábados Ramón y Cajal estaba medio vacío y ahora da gusto bajar y ver gente".

Era el caso de Manu, quien antes de llegar al mercado ya había aportado a la restauración: "Lo primero que ha caído ha sido el almuerzo". Una simbiosis perfecta en el centro de Huesca, muy "diferente" a la ubicación anterior ya que "allá arriba no invitaba a pasar e iban cuatro gatos". Tanto Sandra como él admiten, con una sonrisa, que ya ha "caído" alguna prenda de las paradetas. Al final, siempre se "pica".