Sos Adolescentes atiende a 163 jóvenes y ofrece 80 talleres

El Proyecto Sos Adolescentes, desarrollado desde el Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca (CISH)-Proyecto Hombre, ha arrancado en 2022 para paliar entre los jóvenes el malestar emocional, conductas desadaptativas y factores relacionados con el suicidio.

Desde entonces, esta iniciativa cofinanciada por la Fundación ‘la Caixa’ ha atendido a 163 personas mediante 900 atenciones individuales y ha impartido 80 talleres del prevención del suicidio en diferentes centros y espacio. Responsables de Sos Adolescentes aportaron ayer estos datos durante la presentación en el antiguo convento de Carmelitas de la nueva imagen corporativa de este proyecto, creada por la diseñadora gráfica Paloma Munuera y que refleja con dos manos la ayuda incondicional que presta este servicio.

El acto ha contado con la presencia de Alfredo Carrera, director del CSIH; Elena Palacio, secretaria general del Centro; Noel Torrijos y Óscar Nadal, técnicos del Proyecto Sos Adolescentes; y Sandra Usón, delegada territorial de la Fundación ‘la Caixa’ en Aragón, principal financiadora del proyecto, además de otras autoridades. En la presentación se ha puesto de manifiesto la importancia de este programa. En concreto, España registra 11 suicidios al día, con una prevalencia mayor en hombres, ya que por cada mujer que se suicida, lo hacen tres hombres y además es la primera causa de muerte externa, según detalló Óscar Nadal.

Estos datos evidencian que la labor de este proyecto es muy necesaria y que desde el Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca-Proyecto Hombre se desarrolla con el objetivo de “mejorar la salud psicosocial y emocional en adolescentes y jóvenes, reduciendo la incidencia y prevalencia de la conducta suicida”, en palabras de la secretaria general del centro, Elena Palacios. Por su parte, Noel Torrijos ha manifestado que “la escucha para ellos es fundamental” y “se habla de soledad en la juventud por falta de entendimiento y es que muchas veces oímos mucho pero escuchamos poco y esto es cierto porque vemos falta de comprensión y empatía que tienen los jóvenes en su contexto” y “en este espacio que hemos creado pueden ser escuchamos sin ser juzgados y comprendidos”.