Huesca

POLÍTICA

Sobre Pedro Sánchez, la lógica del poder y la llegada del amor a la esfera política

El catedrático de Sociología de la Universidad de Zaragoza, José Ángel Bergua, reflexiona sobre estos conceptos tras la carta abierta del presidente

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la comparecencia del pasado lunes. ESPAÑA GOBIERNO SÁNCHEZ
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la comparecencia del pasado lunes. ESPAÑA GOBIERNO SÁNCHEZ
S.E.

“Podemos utilizar el amor para salir bien parados en el poder pero también se puede utilizar el poder para salir bien parados en el amor”. Es una de las reflexiones que el catedrático de Sociología de la Universidad de Zaragoza, José Ángel Bergua, hace tras la carta a la ciudadanía emitida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que anunció que se daba unos días para reflexionar si seguir -como hizo finalmente- o no en el cargo tras “los graves ataques” hacia él y su mujer, Begoña Gómez, en referencia a las diligencias abiertas por un juzgado de Madrid por tráfico de influencias. El presidente, a través de la misiva recordaba: “Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas” y confesaba que es un hombre “profundamente enamorado” de su mujer que vive con impotencia “el fango que sobre ella esparcen día sí y día también”. Con ello, el mandatario se opone a las normas del “frío poder” y por primera vez entra el amor en la esfera política. Un hecho insólito en el escenario político que deja consigo otras reflexiones como el poder del amor en la sociedad, este entendido como estrategia comunicativa, o el reflejo de nuevas masculinidades.

El catedrático altoaragonés diferencia dos circunstancias dentro de esta historia que ha mantenido en vilo al país durante seis días: la carta del presidente y su posterior comparecencia el pasado lunes en la que anunció su continuidad en el Gobierno. Bergua se remonta a la concepción de política que, según los clásicos, tiene que ver con el poder y este, en último término, con la violencia. El asunto del poder -explica- tiene que ver con una concepción de lo que es la organización de la vida colectiva, que es “profunda e ineludiblemente patriarcal” y resulta que el presidente- y esta es la novedad- rompe con esta norma y saca a colación un asunto doméstico, íntimo y personal que tiene que ver “con un profundo afecto emotivo”. Entonces, llamaba la atención la aparición de un espacio distinto “que tenía que ver con el amor y no con el dominar a los otros”, una cuestión en línea de los tiempos que corren porque el feminismo -desarrolla- ha abierto un espacio de convivencia que muy poco tiene que ver con la concepción patriarcal, la del poder, y la desigualdad y que se relaciona más con el amor, “la cosa afectiva” y las nuevas masculinidades.

Sin embargo, tras el anuncio de su continuidad, los diagnósticos cambian para el catedrático: “Tengo la impresión de que esto ha sido una estrategia. Ha utilizado tácticamente el asunto del amor para salir bien parado en la cuestión que realmente le importa, que es el poder”. “La utilización del amor y del poder son habituales pero aquí parecía que había un cambio sincero de paradigma que venía precedido por otras situaciones”, afirma.­­­­

El profesor recuerda otras situaciones en el contexto internacional en las que la emoción ha protagonizado el discurso o ha determinado una decisión política. Habla del presidente francés Macron y su respuesta pública ante la rumorología sobre el vínculo con su mujer; la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, que dimitió tras sentirse atacada por los medios de comunicación, llegando a afirmar que la política es “inhumana”, o la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, que causó un gran revuelo, por la difusión de un vídeo suyo donde aparecía disfrutando de una fiesta. En esta línea, Bergua afirma que el espacio político en la sociedad actual “parece que se abre a otra cosa” y en el caso de Sánchez: “Creo que ha utilizado tácticamente el asunto del amor, quizás no, a lo mejor no lo pensó, pero ha resultado eso”.

El amor, motor de nuestra sociedad

El amor ha sido objeto de análisis desde los clásicos, conceptualizado como “un trastorno que provoca sudores y un inusitado ardor” que describiría Platón o “un mal melancólico” que había que tratar según el primer tratado médico de Europa. Lo cierto es que en la sociedad actual, valora Bergua, lejos de ocupar una posición subsidiaria, toma una presencia “muy importante” en la sociedad llegando a comportarse prácticamente como una religión.

“Si bajase un marciano a la tierra diría que nuestra especie está movida absolutamente por el corazón”, comenta y añade que el amor es “uno de los grandes combustibles de nuestra época que mueve la vida colectiva”. En esta línea, señala que es omnipresente “ y algo mucho más básico y elemental” que el poder. Para el catedrático, Sánchez ha activado este capital social en base a estos principios y la política “no es otra cosa que obtener el poder y mantenerlo” con la astucia o virtud que defendería Nicolás Maquiavelo, primer teórico de la política moderna.

Sobre el po­der, sostiene que desde el advenimiento de las sociedades patriarcales se ha convertido en un cáncer social que ha generado antagonismos en todo: naturaleza y sociedad; varones y mujeres; nosotros y ellos… ¿Amor y poder son compatibles? “El problema no es pensar en términos de disyunción, sino en términos de conjunción o si la disyunción se puede llevar también con la conjunción. La política lo que hace es considerar ciertas cuestiones en términos jerárquicos y por tanto, subordinadas. El amor, en cambio, busca conjunciones con todo. Para el amor todo está unido, incluso aquello que es antitético”.