Huesca

POLÍTICA MUNICIPAL

Estos son los nombres que el Ayuntamiento de Huesca propone para denominar a cuatro vías públicas

Las calles se encuentran en la zona de la avenida del doctor Artero, con la huella de personas relacionadas con el arte

Mapa de la ciudad de Huesca
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El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Huesca ha propuesto denominar cuatro vías públicas en la zona de la avenida del doctor Artero con nombres de personas relacionadas con el arte. Dos plazas interiores serán denominadas con los nombres de María Cruz Sarvisé y de Pepín Bello, respectivamente. Dos pasajes tendrán las denominaciones respectivas de Aída Corina y Katia Acín.

La propuesta fue dictaminada a favor por la comisión informativa de Cultura en su reunión de ayer martes y pasará ahora al pleno para su ratificación. En el caso de María Cruz Sarvisé ya existía un acuerdo previo y unánime de la Corporación municipal para dedicarle una calle.

María Cruz Sarvisé (1923-2023) fue una destacada pintora y docente oscense. Según el informe que acompaña la propuesta “En su obra, los retratos son constantes, quizás como consecuencia de su afán por la búsqueda del ser. También sus atmósferas oníricas, su expresionismo, su predilección por los tonos verdes y violetas y un cierto tono naïf”.

Fue Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis desde 1996, celebró su siglo de vida con una exposición de retratos en la sede de Ibercaja, en el Palacio de Villahermosa, el año 2023, momento en el que recibió la Medalla de Oro por parte de la citada academia, así como un merecido homenaje por su obra. Como nota curiosa, cabe señalar que fue autora del cartel anunciador de las fiestas de San Lorenzo de 2003.

Katia Acín (1923-2004) fue profesora y grabadora. Hija de Ramón Acín, desarrolla su vocación artística a partir de finales de los años 70 del siglo pasado. “En 1994 se instala con su hija en Altafulla y prepara allí su taller. Fruto de ello, en 1996 presenta su primera exposición en la ciudad condal, a la que seguirán otras en Zaragoza, Barbastro y Huesca. 

Katia explora todas las técnicas, pero se halla más a gusto en el linóleo o madera, trabajados con gubias. Katia fallece el catorce de diciembre de 2004 en Pamplona e, inmediatamente, sus hijos deciden continuar su labor a través de la Fundación Ramón y Katia Acín, en 2005.

Su obra, expuesta en dos ocasiones en la sala La Carbonería, de Huesca, junto con la de otros artistas, se pudo contemplar en solitario en la exposición Katia Acín. Gran Mujer, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza en 2023. El 24 de noviembre del pasado año, los oscenses tuvimos la oportunidad de disfrutar de dicha exposición, en la sala principal del Centro Cultural Manuel Benito Moliner” señala el informe sobre la justificación de la denominación.

Aída Corina (1927-2020) también fue artista oscense, en su caso destacada acuarelista. Dice así el informe: “Realizó numerosas exposiciones colectivas e individuales por diversas capitales de España. Su obra se ha expuesto en el Centro Internacional de Arte Contemporáneo (Salón de las Naciones de París), además, con la “Agrupación Acuarelista de Cataluña” expuso en la Sala de Exposiciones Torre Domecq en México. En el año 2.000, fue elegida para representar a Aragón en un Simposium Internacional en Italia.

Asimismo, podemos añadir un gran número de exposiciones, premios y publicaciones. Su última muestra tuvo lugar en 2011, formando parte de esta exposición obras de Corina premiadas en distintos certámenes, como el cuadro titulado “Monegros” que recibió una medalla en el Salón de Otoño en París en 1977”.

Pepín Bello (1904-2008) fue partícipe de la Generación del 27 y su personalidad fue la amalgama de aquel destaco grupo de artistas e intelectuales. Nacido en Huesca ingresó en la Residencia de Estudiantes de Madrid ya en época temprana.

“Pepín estuvo en el famoso homenaje a Góngora, en 1927, que dio nombre a la generación, acompañó a Sánchez Mejías, se carteó con Federico García Lorca, tomó fotos del grupo y fomentó la camaradería y la unión entre ellos en los felices tiempos anteriores a la sublevación militar de 1936. Después de este suceso y con la muerte, dispersión o exilio de sus componentes, sólo la memoria de Pepín quedó intacta para traer al presente un pasado que ya sonaba muy lejano. Lo hizo pintándolo con las tintas frescas de los sentimientos, de las anécdotas cotidianas, de los recuerdos de un puñado de estudiantes que bromeaban y se adentraban en los senderos de la creación.

Ello ha hecho que Pepín recibiese distinciones a lo que él consideraba su obra, es decir, a sus amigos. Presidente de honor de la Asociación de Amigos de la Residencia de Estudiantes, Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (2001), Medalla al Mérito de las Bellas Artes (2004) o Premio Aragón (2004). A su muerte, en Madrid, el 11 de enero de 2008, se llevó con él el reconocimiento a una vida dedicada a mantener el recuerdo vivo de toda una generación de artistas y escritores”.