Huesca

GENTE DE AQUÍ

Macu Lanuza y Toño Fernández: “Abrimos El Encanto del Barrio con cariño, pusimos todo el corazón”

Los dueños de la popular tienda del Perpetuo Socorro en Huesca se jubilan y traspasan el negocio tras quince años

Macu Lanuza y Toño Fernández, de El Encanto del Barrio.
Macu Lanuza y Toño Fernández, de El Encanto del Barrio.
Laura Ayerbe

HAY PERSONAS que son casa, refugio y hogar. Lo que no pasa tan a menudo es encontrar a alguien que encierra en sí misma la esencia de un barrio entero, el corazón de un lugar. Y eso es, precisamente, lo que son Macu Lanuza y Toño Fernández, el “alma” del Perpetuo Socorro desde que abrieron en la calle Valencia número 6 de Huesca El Encanto del Barrio, una tienda de alimentación, delicatessen y productos de proximidad, que recientemente ha pasado a manos de otros dueños, pero que mantiene la esencia de los anteriores gracias a Marisol, la dependienta que se ha convertido en “la segunda Macu”.

Quedamos con los antiguos propietarios en la tienda para hacerles una entrevista y enseguida nos percatamos de que no había sido buena idea. Cada cliente que abre la puerta se acerca a saludar. “¡Hola Macu! Qué guapa estás, me alegro de verte”, exclama una señora y ella la atiende enseguida, como lo ha hecho durante tantos años, porque la conoce y la quiere, es vecina y es amiga.

Así es este comercio de referencia en el Perpetuo Socorro de Huesca.
Así es este comercio de referencia en el Perpetuo Socorro de Huesca.

Ocurre lo mismo con otro chico que busca entre las estanterías un producto. “Macu me ha visto crecer y hasta perder el pelo -ríe-, la vamos a echar de menos en el barrio”, confiesa, y ella le contesta con una sonrisa emocionada, porque “son muchos años y tengo una pena inconmensurable”, reconoce la empresaria.

“Abrimos El Encanto del Barrio con todo el cariño del mundo, pusimos todo nuestro corazón”, afirma y, de nuevo, los ojos se le empañan.

“Los comercios de Huesca no somos rivales, somos aliados”

Apostaron desde el principio por los productos de proximidad, “queríamos ensalzar un poco lo de cercanía”, comenta. Así fue como nació la Fiesta del Tomate Rosa, que ha cumplido nueve ediciones en Huesca y saca el comercio a las calles del Perpetuo Socorro cada verano, estableciendo colaboraciones con distintos negocios de la ciudad.

De hecho, la alianza frente a la rivalidad es línea que ha marcado la hoja de ruta de Macu Lanuza y Toño Fernández. “Siempre hemos apostado por las sinergias, los comercios de Huesca no somos competidores somos aliados”, subrayan.

“Una tienda de barrio tiene que ser dinámica y dinamizadora”

Y en consonancia con ese pensamiento, defienden que “una tienda de barrio tiene que ser dinámica y dinamizadora, estar abierta a las colaboraciones y saber escuchar al cliente”.

Crecer para dar un mejor servicio

Con estos principios ha ido creciendo El Encanto del Barrio, diversificando su oferta e incluyendo nuevos productos. Las cestas son una de las señas de identidad del negocio, tanto para regalos de empresa como para nacimientos y otros eventos especiales.

“Fue un acierto, la verdad -admite Macu-. Un día pensé que se podían preparar estas cestas con productos de la tienda y a la gente le ha gustado mucho, es un detalle útil y práctico para regalar”.

“Hemos sido muy felices, pero ahora toca descansar”

También surgió, de forma más o menos casual, la sección de venta de plantas y flores del establecimiento. “Me di cuenta de que no teníamos floristerías en el barrio y, de esta manera, le dábamos un servicio más a los vecinos”, comenta la empresaria.

La implicación en la ciudad y el amor con el que han subido cada mañana la persiana les han hecho valedores de diversos reconocimientos a lo largo de estos quince años de andadura. “Estamos muy agradecidos a todo el mundo y especialmente a nuestro barrio, hemos luchado mucho por él”, expresa Macu.

Una vida dedicada al público

Con la despedida de Toño y Macu (la T y la M) del Encanto del Barrio, el matrimonio pone fin a una vida dedicada al público. En el caso de Macu desde que era bien niña, porque su madre regentó en la calle Valencia “el primer bar del barrio con la primera televisión”, recuerda.

“Estamos muy agradecidos a nuestro barrio”

Tras ocho años de hostelería, abrió la tienda de alimentación Vegé, donde Macu empezó a curtirse con 16 años en el mundo del comercio. Y tiempo después, junto a su hermana, su marido y su cuñado levantaron el autoservicio Jayfe, en la calle Gibraltar, durante la friolera de 35 años.

La jubilación de sus socios, llevó al matrimonio a emprender la aventura de El Encanto del Barrio, un viaje al que han puesto fin hace dos meses, pero que mantiene el rumbo con la “mejor segunda de abordo posible”, Marisol, que fue como “un rayo de luz” hace quince años cuando entró por la puerta y se ofreció para trabajar en la tienda, recuerda el empresario.

“Nos jubilamos, Toño por edad y yo por salud, pero dejamos la tienda en las mejores manos”, sostiene Macu, quien agradece a “clientes y amigos” el cariño compartido en este tiempo. “Hemos puesto todo nuestro corazón aquí y hemos sido muy felices, ahora toca descansar, pero siempre que nos necesiten aquí estaremos”.