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Fribin, el crecimiento sereno e incesante

F RIBIN anunció ayer nuevas inversiones para mejorar los procesos y acrecentar la actividad en sus instalaciones de Binéfar, que tienen su continuidad en otras estructuras externas cuyo arraigo a la matriz está sólidamente asentado por el conocimiento de más de medio siglo y la imperturbable vocación de acelerar progresiva, serena e incesantemente su crecimiento. La compañía binefarense constituye un paradigma de análisis del mercado y de penetración en el exterior con la mejor herramienta que se puede utilizar en la exportación: la observación y la aplicación de la cultura de cada país. Así se explican sus magníficos resultados en países cuyas exigencias son muy diferentes a las del nuestro, en continentes donde la demanda requiere sensibilidad singular hacia sus usos y en escenarios, en general, que abundan en una calidad y una seguridad alimentaria líderes.

Aunque es legítima la fascinación que provocan las nuevas implantaciones, habitualmente mayor cuando proceden las apuestas de desiertos remotos o al menos exteriores, es conveniente que la ciudadanía y sus estructuras, sean políticas, sociales o económicas, reivindiquen la vocación y el esfuerzo de los empresarios, emprendedores y profesionales que deciden construir bienestar a través de su trabajo en los pueblos, las ciudades y las comarcas en las que nacieron. En muchas ocasiones, incluso desoyendo las llamadas de otros territorios donde el marco pudiera resultar, temporal o estructuralmente, más atractivo. Y, sin embargo, como es el caso de Fribin, sus rectores se han decantado por aprovechar la sabiduría de la trayectoria para innovar, para profundizar en su fabricación desde sus investigaciones y su empirismo, para bucear y zambullirse en mercados y, de paso para generar riqueza y empleo en su raíz. Una gran práctica.

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