Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La constante reinvención del turismo

Es el turismo, desde luego, una garantía frente a las veleidades coyunturales de la economía en toda España y, particularmente, en la provincia de Huesca, como en tantos destinos dotados de fantásticos atractivos. Ha sido un colchón eficaz cuando se desplomaban las macroestadísticas y las consecuencias funestas en las situaciones de los ciudadanos. Está ahí siempre que se necesita que saque a flote barcos que se van varando por las carencias de otros sectores. Pero, obviamente, llega un momento en el que los crecimientos, por ley natural, no pueden ser tan poderosos y se avecina una época de relativa calma con pequeñas disminuciones de indicadores como la ocupación hotelera, las estancias medias o los consumos, sea por razones estructurales, sea por vicisitudes tan incontrolables como las meteorológicas. En el caso de 2018, el factor climático resultó fatídico en el mes de diciembre, el que peor comportamiento tuvo en cuanto a afluencia de visitantes a nuestras comarcas, penalizadas sobre todo las pirenaicas por la inexistencia de la nieve que articula las campañas de las estaciones de esquí y todo su entorno.

Sí es cierto que estos pequeños tiempos valle sirven para reflexionar, para analizar cuáles son los aspectos que no se han resentido y cuáles hay que retocar. El turismo es un sector esencialmente creativo, con empresarios admirables y profesionales magníficos, aunque en materia de formación es preciso un impulso para asegurar las plantillas con el mejor servicio, que es a la sazón la gran ventaja competitiva de los territorios y de los establecimientos. Tiene que pensar, además de incidir en la promoción y la buena venta de un patrimonio completísimo, a medio plazo las complejidades de la generación de nieve y la elaboración de los mejores paquetes. Seguro que así será.