Opinión
Por
  • JOSÉ MARÍA BORREL

Redes sociales

Leo con asombro la noticia de que los padres de dos chicas menores de edad deben indemnizar a otra compañera de ellas, asimismo menor, por haber difundido en redes sociales fotos de esta última desnuda. Digo lo del asombro no por el hecho de ese ataque a la intimidad de las personas, algo ya habitual en un sector de jóvenes inimputables, sino por lo ridículo de la sanción frente al daño moral producido.

Al tiempo que podemos presumir de un sector de la juventud bien formado a todos los niveles, como fruto de nuestro modelo educativo basado en casa y continuado en las instituciones docentes, nos encontramos con otro sector carente de los más mínimos valores morales, y también fruto de la misma sociedad.

Cada vez son más los jóvenes y no tan jóvenes que aprovechan estas redes sociales para hacer daño gratuito e indiscriminado, sabedores de que en su móvil tienen una herramienta con un poder maléfico inmenso. Y además, nunca pasa nada.

No sé si lo habrá puesto ya en práctica el juez Calatayud, pero si no, hago una propuesta: cuando un conductor comete un delito con su coche, le retiran el carnet, si es con su escopeta, se la retiran, pues, ¿por qué no se sanciona a esta gente con la prohibición del acceso a las redes sociales y limitación o prohibición de usar los dispositivos con los que se ha delinquido Creo que esta pobre gente, que mata su frustración presumiendo de verse en las redes, es lo único que entendería. Tres años sin móvil o con el mismo intervenido... Igual se lo pensaban dos veces.