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Jóvenes en la piel de los europarlamentarios

Sesudos asuntos como el Brexit y su tortuoso devenir, la igualdad de la mujer en el mercado laboral, la crisis de los refugiados y el inquietante futuro que se avecina por la irrupción de la robótica fueron abordados por estudiantes de cuarto de ESO y de primero de Bachillerato en la sesión regional del Parlamento Europeo de los Jóvenes, previa a la nacional, que tuvo lugar en el Centro Cívico Santiago Escartín Otín de Huesca.

La trayectoria del proyecto europeo ha sido discontinua e irregular, seguramente porque para fraguar exige un cambio cultural que va desde las renuncias del celo en el soberanismo de cada país hasta la conciencia de la necesidad de articular políticas coordinadas con las que crear un verdadero sentido de comunidad no sólo en lo económico, sino en cuestiones esenciales como la acción exterior, la armonización en directivas que garanticen la equiparación de oportunidades entre las distintas regiones, la defensa y todo lo que tiene que ver con una de las grandes fortalezas que caracterizan a la Unión Europea: sus profundos valores en torno a la democracia y al Estado de Derecho.

Alcanzar la concepción de que, efectivamente, muchos de los marcos que van a regir nuestras actividades se van a perfilar desde Bruselas y Estrasburgo es nuclear desde un punto de vista pragmático. Pero lo es todavía más inculcar en los ciudadanos, desde las más tiernas edades, la seguridad de que Europa sólo puede ser influyente, en este mundo donde las potencias emergentes ya no responden a los ejes tradicionales, si se une, si los distintos territorios asumimos que tiene que haber cesiones en soberanía sin perder un ápice de nuestra identidad y de nuestras raíces y si, definitivamente, todos estamos dispuestos a remangarnos para elevar un sólido edificio común.

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