Opinión
Por
  • ANA ISABEL ABADÍAS,en nombre de todas sus sobrinas

A nuestra tía Esperanza

La noche del viernes fui a quedarme con mi tía al hospital. Estuvimos hablando de muchas cosas. En un momento dado yo le dije: "Tía, no se me hubiera pasado por la cabeza el estar aquí contigo, con lo bien que estabas...".

Ella me contestó: "¡Ay, sobrina!, ni yo me lo esperaba esto, pero que me pongan un tratamiento y para adelante".

"Pues sí, tía, hay muchos adelantos y te repondrás".

Luego estuvimos un rato más hablando y ya nos dormimos. Y ésta fue la última vez que la vi. Teníamos la familia un poco de esperanza, como su propio nombre indica, pero no ha sido así y se nos ha ido muy pronto.

Nuestra madre Teresa la echa mucho de menos, ahora se veían más en la residencia y estaban más unidas, sólo quedaban ellas dos de la familia y ahora nuestra madre dice que se ha quedado sola.

Ella también nació en Lanaja, en la Casa de Serós, que era de sus abuelos paternos. Allí vivió su niñez y la jovencita marchó a Huesca y allí ha vivido toda su vida. Mi madre cuenta cómo ella y su prima Celia cuidaban de mi tía, la abuela la metía en un canasto y la llevaban a la plaza. Nuestra tía siempre ha estado a nuestro lado en los momentos malos que hemos tenido y también en los buenos, que han sido muchos. Ella era muy alegre, jovial, le gustaba salir de compras y salir a tomar café con sus amigas y sobrinas. Te agradecemos mucho lo que nos has ayudado. Gracias.

Te vamos a echar de menos, parece mentira que vayamos a Huesca y ya no podamos quedar contigo. Tu recuerdo siempre nos acompañará. Dar ánimos a nuestros primos, hay que pasar el duelo y luego la vida te va llevando, nosotras estamos aquí y hay que seguir para adelante. Tenemos familia y hay que procurar estar bien. ¡Hasta siempre tía! Tu hermana Teresa y tus tres sobrinas nunca te olvidarán. Te queremos.

P.D.: Dales un beso muy fuerte a los nuestros porque seguro que estás con ellos.