Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Ampliación de Cerler

El anuncio por parte de la consejera de Economía del impulso a la ampliación por Castanesa por Aramón Cerler ha representado una inyección de ánimo en el territorio. Inversiones de estas características suponen una respuesta efectiva a las demandas de los pueblos para incrementar su calidad de vida, generar más riqueza y empleo, acrecentar los servicios y lanzar las infraestructuras sin más complejos ni trabas que aquellos que estrictamente se atienen a criterios de sostenibilidad. Nadie mejor que el medio rural es consciente de que su subsistencia depende directamente de la capacidad de preservar la integridad del territorio, pero también nadie mejor que sus habitantes sabe que los conceptos desde los que se ha de definir la planificación han de partir de sus propios espacios, sin que se inmiscuyan grupos de evidentes querencias cuya visión idílica de los pequeños núcleos no soportaría una comparativa con sus modos en las capitales.

Los valles deben ser los protagonistas en la definición de sus modelos de desarrollo, en los que el turismo ejerce un papel primordial como complemento a las actividades tradicionales y a las transformaciones principalmente más artesanales que industriales, pero sin renuncias. Tal y como se presenta el futuro, con la incertidumbre sobre la evolución del sector de la nieve ante los atisbos de un cambio climático real, desde las administraciones y los agentes económicos que operan en las estaciones hay que preparar proyectos importantes con proyección de futuro, como es el caso de Cerler y la unión de estaciones, porque nos hallamos ante una enorme competencia en los distintos escenarios del deporte blanco de España y Europa. Nuestra provincia tiene las condiciones para liderar este turismo y sólo falta voluntad.