Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

Política para la vida

Si todo el mundo coincide en que son malos tiempos para la política, es una mala noticia, porque eso significa que también lo son para la ciudadanía: no hay nada que no esté influido por las decisiones políticas.La crispación, las mentiras, las descalificaciones, las tergiversaciones de la realidad, la virulencia, pero también las soflamas y la demagogia, no son política. Son solamente las malas artes empleadas en política al igual que se utilizan en cualquier otro ámbito de la vida que entrañe controlar algún tipo de poder por mínimo que sea. La política es otra cosa. Hay muchas concepciones de ella, pero a mí en realidad, la que me interesa es aquella que interesa a la mayoría de ciudadanos y ciudadanas: el instrumento por el cuál se puede mejorar las condiciones de vida de las personas. Alejarse de eso por sacar nimios réditos electorales, por sacarle ventaja al adversario, por tacticismos del regate corto, por desprestigiar al rival..., es alejarse de la realidad de la vida y por eso la política está completamente desprestigiada. Más debate político, más respeto, más argumentos, más diálogo y más acuerdos es lo que en un escenario político como el actual nos puede permitir generar credibilidad.

Esto también es absolutamente necesario en una ciudad como la nuestra, también tenemos que ser capaces de hacer política de la que intenta mejorar la vida de las personas, al menos quienes defendemos principios igualitarios y de justicia social, quienes queremos que las sociedades avancen en derechos, en mejores servicios para todas, en mejor vida y en no retroceder, en no empequeñecernos como seres humanos mezquinos y recelosos.

Así que la ciudad que queremos arranca de ese objetivo: hacer cosas para vivir un poco mejor, todas: con menos discriminación y más igualdad; con trabajos mejores y menos paro; con más espacio para el disfrute y menos angustias; con menos recelos y más convivencia; con más cultura y menos gritos; con menos soledad y más salud.

Diseñar cosas concretas para perseguir esos objetivos que son sólo humanos, humildes, también esenciales, es lo que nos fijamos como labor. Y sólo hay una manera de hacerlo, porque no somos sabias ni infalibles, pisando suelo, sabiendo cómo es el día de cada persona, qué es lo más necesario, qué falta, qué está peor, qué podemos mejorar un poco.... Por eso estamos aquí gentes de muchos ámbitos de nuestra sociedad, para poder penetrar en sus realidades, en las realidades de quienes las viven.

La bronca, la crispación, nos saca a quienes estamos en política de la realidad; por eso, nosotras las rechazamos; estamos aquí para saber, para oír, también para hablar, para construir, para hacer. Sin falsas promesas, con sencillez, pero con decisión, apuestas firmes por lo posible. Esa es, para nosotras, la única política. Y para eso estamos aquí.