Opinión
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  • PLATAFORMA OSCENSE POR LA DEFENSA DEL SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES

Allí estaba yo

Allí estaba yo con los ojos cerrados, cegado por un sol de justicia. Vi la Plaza de Navarra y sus calles adyacentes a rebosar. En la puerta del Casino unas personas, megáfono en mano, hablaban y hablaban. Sus palabras se oían perfectamente desde todos los rincones, incluso de los más alejados de la Plaza. Allí estaba yo, rodeado de humanidad de todas las edades, sexos y condiciones, escuchando a una señora comentar que su pensión de viudedad no le llegaba ni a mitad de mes; menos mal de la familia que me ayuda. Un veinteañero que tenía a su izquierda se lamentaba, pues ellos no sé si llegarían a ver pensión alguna, con los requisitos que dicen van a poner para acceder a ella y los sueldos, si es que tienes suerte y trabajas, son muy precarios.

Precarios dices, saltó un señor pasado de la mediana edad. Yo trabajé de negro en un salón y veía venir mi jubilación muy negra, muy negra con el sueldecito y las cotizacioncitas que me habían tocado en suerte, así que seguí el consejo de un colega, me dirigí a un banco para hacerme un plan privado de jubilación. Fantástico, todo precioso, según el empleado del banco que me atendió tendría una jubilación que ni el rey Faruk. Eso sí, las cuotas mensuales eran la mitad de mi sueldo, y yo, que tengo estudios, me dije: qué listos son estos banqueros, como no podré comer, moriré en el camino y no llegaré jamás a cobrar el supersueldo de mi jubilación.

¿Los Bancos?, estalló un vozarrón de una señora que sorprendió a todos los que estábamos en el corrillo, dice el Gobierno que va a poner impuestos a la Banca y ésta ya ha dicho que subirá las comisiones. Total, que a pagar los de siempre.

Allí estaba yo asintiendo a los comentarios cuando oí a una madre hablando de su hija, que se había ido a trabajar a Inglaterra con su carrera universitaria y sus másteres y ahora preocupada con la incertidumbre del Brexit. Ha tenido suerte su hija, dijo un chica detrás de mí, todas mis amigas se han ido a la emigración con sus carreras, másteres y maletas, algunas trabajan de camareras o cuidando gente mayor, fuera tampoco atan los perros con longanizas.

El IRPF, soltó un jubilado del corro. Para pagarnos dicen que lo van a subir a los que cobran sueldos altos y un partido catalán ya ha dicho que a ellos no les tocan la "pela".

Solidaridad, a esto se le llama Solidaridad.

Allí estaba yo, enmudecido, con esta palabra dando vueltas dentro de mi cabeza y las neuronas, alineadas como soldados bien entrenados, haciendo un respetuoso pasillo para que la Solidaridad pasara en su ir y venir. No puede ser que cobren cuatro euros, coticen cincuenta céntimos y además tengan que esperar a los setenta años para jubilarse, según se va anunciando. No es justo que trabajen todo el día para que el sueldo no les alcance para vivir y vean el futuro, bueno, es que no lo ven, se decía la solidaridad en su soliloquio y volvía a dar media vuelta para continuar con su errático ambular.

Allí estaba yo, en la puerta del Casino, en la Plaza de Navarra, abrí los ojos y la realidad me devolvió con mis compañeros, la pancarta, los megáfonos y la cincuentena de personas que nos escuchaban. La Solidaridad enmudeció y una pregunta invadió mis neuronas.

-Solidaridad, ¿dónde está la gente La respuesta me llegó a través de una de mis neuronas que tiene una amiga la cual le resolvió la duda: es que en Huesca hay mucho funcionario, y los jubilados tienen buena paga, por lo tanto no tienen necesidad de salir a la calle a protestar y que les vean en esos actos no les hace gracia, pues qué dirán de ellos.

Solidaridad, a esto se le llama Solidaridad. Por tus descendientes. Por tus conocidos y desconocidos. Por el presente que tú disfrutas y que ellos no lo tendrán si no lo defendemos, si no luchamos. Por la educación, por la sanidad. Por el Bienestar Social. Solamente por esto pedimos Solidaridad.