Opinión
Por
  • CARLOS GARCÍA MARTÍNEZ

Vosotras

Y nosotros, y l@s de en medio. Pero ahora es vuestro día y corresponde honraros. Y toca escribir sobre la condición femenina, la femineidad y de cómo va la cosa. La cita más entusiástica de mis archivos es la del escritor vasco Ramón Pinilla, que dice: "Creo que las mujeres son el centro del mundo. El gran sentido común de la mujer libra a las familias de mil calamidades. Por naturaleza, la mujer da la talla en su función, mientras el hombre siempre está forzado a demostrar, la mujer está en su sitio". Algo en la línea de lo que dijo Claude Charol al comentar que en sus películas le interesaban más las mujeres que los hombres: "Si uno quiere que el público se interese en un hombre hay que tenerle todo el rato con cosas excepcionales mientras a ese mismo público le puede interesar la vida de una mujer simplemente mostrándola en su cotidianeidad. Porque la vida cotidiana de una mujer es, de por sí, una vida heroica". Federico Nietszche escribió, en "La gaya ciencia: "Eres demasiado suave de corazón con las mujeres, dijo uno. El hombre sabio respondió: La forma de ser propia del hombre es la voluntad, la de la mujer estar dispuesta. Tal es la ley de los sexos, una dura ley para la mujer. Todas las personas son inocentes de su propia existencia, pero las mujeres son inocentes en segundo grado: ¡quién podría tener para ellas suficiente aceite y suavidad! ¿Qué dices , exclamó otro, ¡hay que educar mejor a las mujeres! Hay que educar mejor a los hombres, dijo el hombre sabio?" Ahora es vuestro día, el mismo en que comienza nuestro futuro compartido. Un tiempo revuelto en el que debéis desarrollar vuestras aptitudes sin aceptar dócilmente los dictados de la sociedad. Porque la emancipación de la mujer es un movimiento capaz de transformar y sanear radicalmente esas sociedades en su conjunto superando los debates entre un feminismo esencialista convertido en ideología y la defensa integral de los derechos de la mujer. La expresidenta Michelle Bachelet dijo: "Cuando una mujer entra en política, cambia la mujer. Cuando entran muchas, cambian la política".

Comienza, pues, un tiempo nuevo, lleno también de interrogantes sobre una maternidad que asimila el cometido de la mujer con el de los mamíferos cuando la hembra humana puede hacer de su subordinación a la especie un proyecto en el que ella sea quien fije los estándares de su entrega para hacerla compatible con proyectos propios del ser humano. Incluido el derecho a no ser madres o gestar sus descendientes de otras maneras conforme la investigación genética avance hacia insospechadas formas de gestación y desarrollo de los embarazos. Desde un punto de vista demográfico, las exigencias a unas madres, a veces a vida completa, contribuye a que muchas mujeres renuncien a la maternidad o limiten tanto su aportación que en muchos países no se alcanzan las tasas de reproducción.

En cuanto a las relaciones de pareja, citaré a la canadiense Nancy Huston, Premio Goncourt de los Estudiantes, participe en el Movimiento de Liberación de las Mujeres y Premio Femina en 2006:" El sexo determina unas actitudes que es inútil negar? la coquetería y la seducción son universales y actúan como motor de la reproducción". "La igualdad está muy bien, pero para conseguirla es necesario saber que hombres y mujeres parten de lugares distintos". Dice también que "con la fotografía y el cine las mujeres comenzaron a querer ropa bonita y estar guapas, y el capitalismo aprovechó para desarrollar industrias millonarias?lo que ha aumentado la vulnerabilidad del hombre ante la visión de una mujer bella y ha llevado a las mujeres a querer ser cada vez más guapas durante más tiempo, o a intentarlo al menos?". "La igualdad está muy bien pero ambos sexos parten de sitios distintos: la diferencia fundamental entre los sexos es la maternidad y la testosterona. Para atenuar esa diferencia todo lo posible, hace falta más igualdad y que ellos se ocuparan más de los hijos y la casa?" "El feminismo más puritano nunca ha sabido qué hacer con la coquetería. Los hombres están obligados a mirar cuerpos todo el tiempo. La mujer se ha ido haciendo cada vez más sujeto y más objeto. Cada vez más libre, cada vez más guapa e inalcanzable".

Terminaré opinando que la igualdad de la mujer, conforme avance, traerá nuevos problemas y retrocesos y que femineidad y masculinidad son valores a salvar. La mujer es un ser complejo, sensible e inteligente, cuya capacidad para alcanzar niveles de excelencia no es asunto de hormonas y nosotros estamos obligados a contribuir ahora a la demolición del legado histórico que les cerró tantos caminos. Los que fuimos educados en otra España teníamos que reformarnos, lo que parece que no todos lo han conseguido, y ya va siendo hora de que todos defiendan los valores de la igualdad y el respeto a la mujer.