Opinión
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  • DIARIO DEL ALTOARAGÓN

Feria de Stocks, mucho más que rebajas

La Feria de Stocks lleva camino de la mayoría de edad y su percepción quedaría capitidisminuida si tan sólo la contemplamos como dos días en los que los comerciantes se limitan a "tirar" los precios para que se conviertan en el único argumento irrebatible frente a cualquier resistencia de los clientes. Aunque somos un país muy dado a poner a dieta no sólo nuestros cuerpos sino también nuestras memorias, un recorrido inverso en el túnel del tiempo a las primeras ediciones nos aclararía conceptos y nos evitaría determinados estereotipos con los que incurrimos en la injusticia a golpe de generalización y a base de prejuicios. Este certamen ha variado sustantivamente, como lo han hecho otros similares en la provincia, por la vocación de unos profesionales que no sólo pretenden hacer caja para aliviar presumibles excedentes, sino que fundamentalmente buscan un punto de encuentro más con el consumidor para mostrarle las ventajas de compartir escenario en el comercio de proximidad y garantizarle, además, que su grado de actualización es máximo hasta el punto de que derriban los márgenes para renovar la oferta.

Aun defendiendo sus legítimos intereses, que van desde el ámbito empresarial hasta el de la conciliación familiar, los pequeños comerciantes, humildes pero audaces, tienen su protagonismo en positivo en la ciudad a la que contribuyen y cuya atmósfera alimentan día a día, con renuncias a los pingües beneficios y con la voluntad de preconizar la igualdad en las condiciones en las que se sustancia el acto del consumo, con responsabilidad por ambas partes y certeza de que el compromiso es mutuo. Atrás deben quedar las actitudes defensivas frente a otros formatos para concentrarse en aquellas fortalezas que diferencian el trato afable que vincula al interlocutor con la marca corporativa y personal.