Opinión
Por
  • ANTONIO VALDÉS PALACIO (ANGÜÉS)

Las maldiciones como las procesiones

Hay un refrán que dice: "las maldiciones como las procesiones, que por donde entran vuelven a salir". ¿Qué quiere decir esto Pues muy sencillamente, cuando una persona perversa le desea a otra buena un mal, ese mal se vuelve contra ella. Conforme te van pasando los años te das cuenta de que esto es una realidad. Yo recuerdo un caso de una conocida mía que su padre estaba muy grueso y una adivinadora no de profesión, o lo que es lo mismo, una persona de mala fe, siempre le estaba machacando el coco con que si se cruzara en la cama tendría que dejar el trabajo o llevarlo a una residencia, viéndose obligada a vender su patrimonio. Pero, fíjense si existe un Dios, que en cinco minutos un infarto se llevó la vida de este señor, y a la malvada su padre estuvo tres años cruzado en una cama. Hay que tener fe ya que la fe mueve montañas y el señor le implanta justicia en esta vida a esta gentuza. Tienen muy mala entraña esos adivinadores de pacotilla que no es que adivinen nada, si no que quieren lo peor para la gente buena y desean que caigan en depresión buscándoles problemas que les van a llegar y no alegrías como haría un buen cristiano. A esta chusma hay que sacársela de encima porque sólo buscan volverte loco y verte llorar. Lo mejor con estos augures es hola y adiós y lo sobresaliente dejarte de hablar. Hay que juntarse con gente optimista, sana y de buena fe que te haga reír y a la vez que te ayuden ante alguna necesidad. A esos mochuelos desorejados la misma sociedad los debe arrinconar y que se junten entre ellos mismos, así dos cerdos ensuciarán la misma zolle.

Este artículo va dedicado a los seres humanos legales para que espabilen ante estos asquerosos, que son unos amarga vidas. Estaos tranquilos que Dios os apoyará y a los sinvergüenzas así les dará un buen varazo llamado justicia divina en vida. Quiero acabar con otro refrán muy bueno, "a caballo maldecido el pelo se le luce".